Si... tapate la cara, mejor...
Luis Emilio Sosa, capitán de fragata de la gloriosa Armada Argentina... está acusado de haber ordenado el fusilamiento de 19 presos políticos, el 22 de agosto de 1972, en lo que se conoce como la
Masacre de Trelew.La historia, por suerte, es conocida...
El 15 de agosto de 1972, los guerrilleros presos en El penal de máxima seguridad de Rawson, a 1.500 km. de la Capital Federal planearon una fuga masiva, iban a escapar 110 combatientes.
Falló algo, unos camiones que iban a trasladar al último grupo, no llegaron.
Solamente 6, la plana mayor de las organizaciones, lograron tomar el avión y desviarlo rumbo a Chile.
Los 19 fugados se entregaron en el aeropuerto frente a cámaras de televisión y ante un juez federal que les aseguró que no serían torturados.
El capitán de corbeta Luis Emilio Sosa comprometió su “
palabra de honor”,
que obviamente no vale un carajo, bah, ya sabemos lo que vale el honor de esa gente
Los prisioneros fueron sometidos a simulacros de fusilamiento durante la semana que los mantuvieron en la base de la armada. El gobierno del dictador Lanusse se sintió avergonzado de la audacia de la acción guerrillera.
Rawson está en el culo del mundo y es literalmente imposible fugarse de ese penal.
Así que se cocinó la represalia.
La nueva versión de los hechos que da Sosa, es
insólitamente pelotuda y varía de la tramposa y mentirosa versión oficial dada en 1972
Ahora parece que Paccagnini le transmitió en persona, antes de subir al colectivo, la orden de Lanusse de trasladarlos a la base, y le ordenó meterlos en calabozos. O sea, obedecía órdenes.
Según su primera versión “
el guerrillero Pujadas, mediante un golpe de karate, lo arrojó al suelo y le quitó el arma, no obstante lo cual él, Sosa, logró zafarse y dio la orden de reprimir”.
Ahora dice que al llegar a los calabozos el capitán Roberto Bravo le comentó “
que no los podía manejar” y que por ese motivo los había sacado al pasillo. Estaban formados en dos hileras. Sosa decidió entonces “
dar una perorata” ejemplar. Para mejor eligió caminar entre las dos filas. “
Era muy chiquito, me rozaba los hombros con unos y otros”, aseguró. Fue hasta el fondo y volvió un par de veces. La tercera recibió un golpe que lo desparramó en el piso. “
Una toma de karate, no de judo como informó entonces la Armada”, especificó.
Ahora Sosa dijo que
no notó que le habían quitado el arma, que lo supo después, por los testimonios del resto de los guardias y que cuando levantó la vista el resto de los guardias ya había comenzado a disparar
Lo otros dispararon, él no... dice que entró en estado de shock y que se recuperó varios minutos después, cuando todo había pasado. Pensó que estaba herido, pero el jefe del Batallón de Infantería de Marina le explicó que era sólo miedo. (ay diossss)
O sea que “
no di ni orden de abrir fuego ni de parar el fuego” porque “
quedé totalmente conmocionado”. El pirulo de tapa del Página... qué terrible
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HEROE
“El tema me afectó muchísimo; en ningún momento he reconocido la culpabilidad. Lo triste es que todos los marinos, sin excepción, no me creen, creen que peco de modesto. Me tienen como un individuo decidido, como un héroe, y yo no quiero ser un héroe, fue una cosa que no tiene nada que ver. Si me dijera que yo di la orden, bueno, pero yo no di ninguna orden.”(Respuesta del capitán de la Armada Luis Sosa al juez federal Hugo Sastre, que investiga la masacre de agosto de 1972 en Trelew, donde fueron fusilados 16 presos indefensos.)............................................
María Antonia Berger, Alberto Camps y Ricardo Haidar, aunque malheridos, salvaron sus vidas por un descuido de sus verdugos, y algunos de los otros fusilados, estaban aún con vida, pero se desangraron porque no recibieron atención médica.
Ana María Villarreal de Santucho, estaba embarazada y recibió una gran cantidad de proyectiles en el vientre...
El ensañamiento fue tremendo....
Alberto Villar (más adelante sería jefe de policía de Perón y uno de los creadores de Ia Triple A, y terminó ajusticiado por alguno de los grupos guerrilleros) irrumpió con tanquetas en la sede del Partido Justicialista donde se velaban los cadáveres de tres de los guerrilleros asesinados.
Ensayo para una obra que concretarían algunos años más tarde.
A todo ésto, Rubén Norberto Paccagnini tiene 81 pirulos y era el jefe de la base Almirante Zar cuando se produjo la masacre, y ahora está detenido junto a Sosa.
El ex Cabo Primero Carlos Marandino y el ex teniente Roberto Bravo, siguen prófugos de la justicia, se presume que ambos están en EEUU (que es la madre patria de ellos, claro)
Excelente homenaje a los héroes de Trelew, tomado de la página EL ORTIBA
Si no pudiste verlo así, probá con éste link:
http://www.youtube.com/watch?v=L7JKSmxbwhU&eurl=http://www.galeon.com/elortiba/trelew.html