24 mayo 2008

DIOS ME CONSERVE LA SALUD

Y bueno amiguitos... hemos atravesado algunos pasillos oscuros y hemos salido para contarlo. Será que después de una situación de trauma, uno se queda haciendo elucubraciones, tratando de volver a la superficie... tratando de recordar cómo era sentirse seguro, a gusto y en bienestar.



No es que yo desconociera las falencias y crueldades de la medicina. No las desconocía ni las desconozco, pero al sentirlas en el cuero, toman una dimensión diferente.


La mirada al entorno te devuelve un paisaje desolado, donde hay un montón de personas en similar situación, como perros flacos y amarillentos, de miradas profundas, oscuras, ensimismados por el dolor físico, lejos del presente.



No te ahorran el dolor
Cuando uno está en situación de inferioridad física, recién operado, con dolor y miedo... la medicina es cruenta, despiadada.

Ponele que sea imprescindible ante una urgencia que te tironeen un poco, o que te metan una sonda nasogástrica (tortura legal científica por excelencia) o cosas que, bueno, te pueden salvar la vida... pero mientras eso ocurre, hay una que se deleita reventándote el brazo con pinchazos de sueros infinitos, que te deja el brazo inmóvil, dolorido, lleno de pelotas infladas y moretones. Y a veces se tapa el conductito ese y ves estrellitas de colores varias veces durante días hasta que te hacen el favor de liberarte de esa cadena y el estandarte asociado.

Y en tantas horas de la nada misma enmarcada en la incapacidad física, sumada al dolor, se me dio por pensar que parece haber una parte de la humanidad que prioriza al ser humano, su dolor, su desconcierto, su miedo, su potencial...

Es la gente que empatiza con el dolor del otro, se conduele (le duele con el otro), se preocupa, piensa en el otro y en hacerle al menos más llevadero ese trance.
Uno pensaría que la gente que se dedica a la salud debiera ser de ese modo, sino... hubieran estudiado para Contador Público... y bueh...

Pero está la otra parte de esa masa llamada humanidad... la que considera como primera o única prioridad el lucro:

Bien me quieres, bien te quiero... no me toques el dinero...

El hombre, su dolor, su derecho, su miedo, su potencial... se pueden ir a la mierda, mientras ellos ganen más guita.

Y en ese trámite de vivir priorizando la ganancia, no importa si tiran arsénico a las aguas de las que beberán y morirán miles de personas... o si te dejan esperando 48 horas en medio del dolor para diagnosticarte mientras se van a ver la carrera de autos... o si desertizan una zona y hacen que todos sus habitantes mueran de hambre y sed... o si tiran abajo un recurso histórico magnifico para construir un engendro de 50 pisos, nada importa... sólo que la cuenta bancaria vaya engordando.

Dicen que el responsable nunca ha gastado cuernos, sino un traje impecable, en los infiernos...

Y vuelve la necesidad de repasarme dónde estoy, si existe o no la humanidad... y si se ha visto hoy...

Esos... no sé si son muchos o pocos... pero ESOS nos vienen ganando amiguitos.

Abrazos cálidos para casi todos