Siempre certero, el amigo Severian,
dejó un comentario en el post anterior, que me hizo sentar a escribir otra vez.
Severian dijo...
La
primera vez que la vi a Victoria Montenegro casi cambio de canal, me asustaba
el no poder contener la sensación de angustia que me causaba...
¿Sabes qué pasa? el hecho de que esta historia nos cause una respuesta emotiva a quienes no estamos directamente relacionados con las víctimas, es lo que mide su carácter de "crimen contra la humanidad". Es justamente eso, no solo se vulneraron los derechos fundamentales de las víctimas, sino que esos crímenes causaron mal a cualquier persona bien nacida, porque nadie puede ser completamente feliz en un mundo donde pasaron estas cosas.
Y por eso no hay que medir la condena en cuanto reparación del crimen, eso jamás se podría ni aunque el juez se tomara el trabajo de insertarle a Videla el en OGT todos los ombúes de la pampa húmeda. La justicia no significa que se equilibren los tantos, eso jamás va a pasar, antes que nada porque nosotros no somos como ellos. La justicia significa algo mucho más modesto pero infinitamente importante: le dice a los videlitas en proyecto que se manden a guardar, y pone claro sobre qué bases se sentó la actual estructura de poder en Argentina.
En fin, eso. Me voy a sacar la corbata que me está ahogan.... ah, no, no tengo corbata...
¿Sabes qué pasa? el hecho de que esta historia nos cause una respuesta emotiva a quienes no estamos directamente relacionados con las víctimas, es lo que mide su carácter de "crimen contra la humanidad". Es justamente eso, no solo se vulneraron los derechos fundamentales de las víctimas, sino que esos crímenes causaron mal a cualquier persona bien nacida, porque nadie puede ser completamente feliz en un mundo donde pasaron estas cosas.
Y por eso no hay que medir la condena en cuanto reparación del crimen, eso jamás se podría ni aunque el juez se tomara el trabajo de insertarle a Videla el en OGT todos los ombúes de la pampa húmeda. La justicia no significa que se equilibren los tantos, eso jamás va a pasar, antes que nada porque nosotros no somos como ellos. La justicia significa algo mucho más modesto pero infinitamente importante: le dice a los videlitas en proyecto que se manden a guardar, y pone claro sobre qué bases se sentó la actual estructura de poder en Argentina.
En fin, eso. Me voy a sacar la corbata que me está ahogan.... ah, no, no tengo corbata...
Nadie que tenga corazón puede
ser feliz, ni vivir tranquilo en un mundo donde pasan estas cosas, que son
crímenes que ofenden a la condición humana y a la conciencia de la humanidad. Es
así.
Y para qué vamos a hablar si esos crímenes no tienen castigo…
Que haya que luchar tantos años para condenar esa clase de crímenes, no?
En fin… así son las cosas con nuestras luchas y nuestros deseos.
Todo esto me hizo acordar a un situación que pasamos. Una vuelta,
después de haber investigado mucho tiempo y conseguido testigos que señalen el
lugar y empujado cuesta arriba a la justicia (que pesa como un elefante obeso y
paralítico), arribamos a la exhumación de unos restos que habían tirado –a
fines de 1975- desde un helicóptero, en medio del monte, cerca de un pueblo
chiquito en Santiago.
Encima era un día gris y helado, con una llovizna que parecían agujitas.
Para asistir a la exhumación, habían venido un puñado, 3 o 4 compañeros,
que tenían muchas fichas depositadas en encontrar a un miembro de su familia. Camuflados
como colaboradores, habían traído termos con agua caliente… mate… café… Tal vez, querían estar para que el
momento fuese no tan frío y distante como es una medida judicial o una
“pericia”. O en realidad, deseaban estar
presentes porque sentían que “el encontrado” había pasado demasiado tiempo en soledad…
Por supuesto, fueron esmerada y celosamente mantenidos a distancia por el par de oscuros personajes
del juzgado, que estaban ahí para verificar el estricto cumplimiento de la
orden del juez, y la “pureza” de la medida judicial… (mientras puteaban por su
mala suerte … imaginate, sacar a esos trajeados fuera de su oficina
calefaccionada…)
Esos detalles, esos gestos de “qué
hace esta gente acá” … de pasada te hacen doler otro poquito, de yapa,
viste? ¿Qué daño pueden hacer unos familiares que rondan? Van a modificar las pruebas? Van a cambiar
huesos? Como si el objetivo no fuera encontrar
la verdad…
Y nos sorprendió la presencia de una
única defensora oficial: la de Bussi…
La mina, (que se equivocó de profesión, ella quería ser Graciela Alfano
–comparten, además del parecido físico, el mismo amor devocional por la gorra),
se fue con una pilcha que cuesta más o menos como un auto… vestida de amazona, con
botas de montar, se sentó en un costado y se puso a manosear un celular. Parloteó
toda la mañana, habló con amigas, se puso de acuerdo para el finde, lanzó
risitas, se maquilló, se retocó el
labial… etc.
Mientras tanto nosotros teníamos un frío!!!!… Que no era el de la sensación
térmica… era porque teníamos distintos nombres para ese desaparecido que
estábamos encontrando. Y atábamos cabos y sacábamos cuentas, con las fechas de
secuestro… con el Operativo Independencia…
El cóctel de sentimientos en esos casos es extrañísimo: hay una duda
angustiosa, quién será? Por la fecha y por los
datos de los testigos, teníamos 3 o 4 nombres posibles. Hay
satisfacción. Porque por fin rescatábamos a ese compañero. Una profunda pena,
mezclada con algo de alegría porque, en breve, una familia iba a cerrar una
búsqueda y empezar un duelo… Una alegría
bastante triste. No les devolvían a su ser querido, les iban a entregar unos huesos.
Exhumaron el cuerpo los del EAAF. Herméticos, no nos quisieron dar
ninguna información (ellos pueden saber inmediatamente si los restos son de
hombre o de mujer, o si son de una
persona de 20, o de 50 años, ponele) Datos que nos hubieran servido para ir descartando amargas esperanzas…
Así que nos volvimos hechos pelota, desolados, cagados de frío,
angustiados y con todas las dudas. Y al
mismo tiempo, satisfechos. Tomá ese cóctel…
Para cuando llegaron los
resultados del ADN, nos dimos cuenta del porqué de la presencia de la
defensora de Bussi… El desaparecido que exhumaron era tucumano, no era ninguno
de los desaparecidos santiagueños que nosotros creíamos -o queríamos que fuera.
Ellos, los cínicos, saben perfectamente dónde están los que nos faltan y a la cuenta
de quién hay que cargar cada muerto… Y ese era un muerto de Bussi.
Lo mismo, otra vez la alegritristeza de cerrarle a alguien la incertidumbre,
y entregarle unos huesitos a una familia
para que puedan llorar. Infinitamente trágico.
Ahí tuve una especie de crisis. Qué objetivos tan inalcanzables tenemos…
Nuestros “triunfos” son verdaderamente penosos.
Y me ataqué contra la imbécil tilinga indolente del orto de las botas de
montar… A esa hija de puta no le importa nada… no empatiza, sus objetivos son
totalmente pueriles y frívolos. Sus objetivos deben ser “cosas”. Que se solucionan
con una buena tarjeta de crédito. Sus tragedias, deben ser manchar un
vestido, romperse una uña, o que le
salga un grano visible… Sus logros, absolutamente alcanzables cotidianamente…
comprar cosas, verse bonita, creerse
envidiada… Y tengo que reconocer que me dio una cierta envidia… ir por la vida
sin penas, indiferente al dolor de los
demás. Pero me duró poco tiempo.
Enseguida volví al desprecio que me provoca.
Lo nuestro es de otro tenor… Trabajar como burros para conseguir
condenas legales para unos tipos que hace rato abandonaron la condición humana.
Los veíamos ayer por la tele… no les entran las balas, ponen cara de 4
de copas… Ni nervios, ni pesadumbre
Ahí estaba Ruffo (que encima salió
absuelto)
Que fue agente civil de inteligencia de la patota en Automotores
Orletti, que integró la banda de Aníbal Gordon, dedicada a secuestros
extorsivos, el que secuestró a Sara
Mendez y le arrancó de los brazos a
su hijo, Simón, de 20 días, el apropiador de Carla Rutila Artés, a la que sometió a todo tipo de padecimientos
desde pequeña. Abusos sexuales incluidos. Por suerte su abuela la rescató pronto.
Carla definió a su apropiador como un hombre enfermo de los nervios,
despiadado, agresivo, muy bebedor y obsesivo por el contacto sexual con ella. Está
detenido desde octubre de 2006 y cumple condena por los crímenes cometidos en
Orletti.
Estaba Azic, que le decían ”piraña”… grupo de tareas de la ESMA, torturador (le aplicó
picana a un bebé de 20 días en el pecho de su padre), pero acá lo juzgaban por
la apropiación de Victoria Donda y Carla Ruiz Dameri. Le dieron 14 años. Ya
tiene una condena de 18 años por la megacausa ESMA. El quía tiene una extraña
habilidad… la de nunca salir de frente en una foto…
Ellos saben todo lo que necesitamos saber… quién se apropió de cada
chico, adónde tiraron los cuerpos… y nunca
lo van a decir.
Y el resto de la sala, con una angustia…
Los 30 mil pájaros que sobrevolaban… Las viejas Abuelas queridas
conteniendo la congoja… Y todos nosotros, desde lejos, tragando sal gruesa. La
putaquelosparió.
El llanto de Francisco Madariaga Quintela, toda su vida le pasó por el
cuerpo en ese momento… su nacimiento en condiciones animales, el
desprendimiento de su madre, el martirio
de sus padres, los millones de minutos compartidos con los apropiadores,
las mentiras, el maltrato que recibió… la tipa y el tipo en la sala, a metros
de él recibiendo las condenas. Y les habrá
dicho papá y mamá durante tanto tiempo…
Como dice Severian, no se equilibran nunca los tantos. Es imposible. Y
por eso no hay que medir la condena en cuanto reparación del crimen, jamás se
podría.
Aunque le insertaran a Videla en el ojete todos los ombúes de la pampa
húmeda, o le hicieran desaparecer 30 mil hijos, y le robaran 500 nietos, y le
hicieran sentir el dolor de perderlos y buscarlos sin encontrarlos… y aunque lo
torturaran hasta la muerte 30 mil veces, y lo resucitaran para seguir
matándolo… Aunque todo eso fuera
posible, no lo haríamos.
Sencillamente porque no somos como ellos.
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