AGENTES PATÓGENOS ARGENTINOS

Los hay de diferentes tamaños y distinta letalidad.

El virus marianogrondonae filosóficus, es altamente dañino. Penetra en el organismo con modales suaves y con un cierto nivel cultural. Su grado de virulencia (es decir, su capacidad de multiplicación) es relativa, pero al interactuar con el virus hugobiolcattiae latifundius, puede resultar mortal.

Ataca el área del cerebro donde se encuentra la empatía (que es la capacidad de una persona de “ponerse en el cuero de otro”). Produce un daño a nivel neuronal que genera razonamientos del tipo: “el derecho de propiedad está por encima del derecho a la vida. La única libertad que existe es la mía, la libertad de los demás me ofende y me provoca meterlos a todos en cana y que vuelva la colimba”.

Afecta a una población de clase media alta, propensa a contraer la enfermedad Golpistifilia militariae ultraderechus, que provoca verborragia (hemorragia de verbos) y accesos de odio, misoginia y discriminación.

Los virus, son más pequeños que las bacterias, aunque mucho más nocivos y su nombre deriva de la palabra latina virus que significa toxina o veneno. Son entidades biológicas que necesitan invadir el metabolismo social para reproducirse y así producir muchas copias del virus original. Por suerte, el marianogrondonae filosóficus y el hugobiolcattiae latifundius, a pesar de su alta toxicidad, tienen un mínimo poder de invasión en la actualidad, ya que no tienen un canal de aire.

Los retrovirus son virus con una envoltura más amigable, aunque no por eso menos dañina, y que se replican de manera inusual.

El retrovirus mirtalegrán viejagorilae, ataca el sistema nervioso central (especialmente el cerebro) provocando que un sinfín de conexiones neuronales se desactiven.

Afecta a una población de clase media, propensa a contraer la enfermedad de Superficialitis antikirchnerismis malalechosis, que provoca que las personas infectadas hablen de lo que no saben, pierdan absolutamente el sentido común y sólo sean capaces de repetir lo que escuchan. Generan en los infectados un alto nivel de hipocresía, se vuelven autorreferenciales y practican el autobombo de manera constante.

El retrovirus mirtalegrán viejagorilae se manifiesta de manera evidente mediante el síntoma de repetidas risas impostadas al final de cada comentario estúpido, instando a la risa de la claque que deben reírse obligadamente (para eso les pagan), lo cual invita sospechar que algunos estarían infectados.

Otro retrovirus altamente dañino es la viudadenoble monopólicae, cuyo nombre científico es acumulateumontonde medius cuandotengastiempo, cuya voracidad es incomparable.

Cuenta con la ayuda de un gran grupo de virus, de la familia de los empleadius lameculis: el tnbaum eslotoviazdis, el moralesolá peladius delorto y una manga de virus menores como el bonelisilvestris dosbophes y el julioblancgilosis, conocido entre los amigos con el nombre de “la crisis causó 2 nuevas muertes”.

Este retrovirus y sus amiguitos atacan indiscriminadamente a toda la población, afectando profundamente su capacidad de análisis. Suerte que no son tantos...

En cambio, las bacterias son los organismos más abundantes del planeta. Están por todos lados, crecen en el suelo, en el aire, en desechos radioactivos, por doquier. Dentro de ésta clasificación se encuentra la conocida bacteria Escherichia coli, que hace que cagues hasta tus reencarnaciones anteriores.

Dentro de éste esquema de enfermedades provocadas por organismos minúsculos, se encuentran las bacterias susigimenez tilingae derechosis y cecipando venenococus falconverde que directamente vuelven pelotuda a la gente a la que infectan, que empiezan a creer que los dinosaurios están vivos y que salvaron la patria.

Afortunadamente aparecen poco y cada vez menos, pero cuando se manifiestan, terminan generando marchas a favor de la pena de muerte.
Otra especie bacteriana es la moriacasán. Es de la gran familia de las fachistoideas travestidae (esa denominación reciben porque, a pesar de ser mujeres, parecen travestis)

El trío de bacterias susigimenez tilingae derechosis, moriacasán fachistoidea travestidae y cecipando venenococus falconverde afectan a una población debilitada, que ya fue infectada por los virus y retrovirus ut supra detallados.

En estado de plena salud, no tienen poder de infección, sólo generan cierto malestar estomacal.

Casi al final de la escala, están las fucking Micosis, que son hongos, que se reproducen sin que te enteres. El más famoso es el pipirosporum ovae, el de la caspa.
Recientemente ha aparecido un nuevo hongo, denominado cletoporum cobosfitósico huevae, que hace que te salga una cara de pelotudo insoportable.

Es de notar que muchas micosis son afecciones oportunistas que prosperan ante una baja de las defensas del sistema inmune del sujeto afectado.

Un ejemplo típico de micosis oportunista es la candidatitis presidencialae, que brinda un medioambiente adecuado para la reproducción de éstos hongos, además del cletoporum cobosfitósico huevae, se multiplican los cromomicosis carriolae (vulgarmente conocida como agente naranja), reutemannnfitosis segundóncocus, macrinella chetóphila y efedrinadiasis denarváezplasmosis, entre algunos otros.

Por último, en el rango más bajo de la escala se encuentran los protozoos o artrópodos, que son causantes de enfermedades parasitarias, (por ejemplo: piojos y ladillas).

Quisieran ser virus, pero no les da el cuero.
Los casos más comunes son el putozoo toritodeangelis y el artrópodo arañuela jorgerial. Son feos, molestos y ponen a la gente a rascarse y putear, mientras miran culos por la tele. Y ni siquiera son microscópicos.

MANIFESTACIONES GENERALES
Todos estos bichos desagradables generan en común una serie de manifestaciones en los infectados.

Las personas infectadas hablan a los gritos, sin escuchar y con mucha superioridad moral. Repiten que el problema es de educación, considerándose entre los “educados”, pero han perdido la capacidad de hacer una lectura crítica de la realidad.
Además opinan como expertos sobre una variedad infinita de temas, de los que no saben un carajo.

Las mujeres infectadas, suelen llamar “conchuda” a la presidenta, olvidando qué tienen entre las piernas. Dedican largas horas de su día a criticar y tratar despectivamente al servicio doméstico, y la enfermedad que padecen las hace detestar el paso del tiempo, así que se practican innumerables cirugías estéticas tratando de evitar lo inevitable, y quedando cada vez más feas.

Los hombres infectados suelen llamar “conchuda” a la presidenta, olvidando los esfuerzos que hacen a lo largo de su vida intentando entrar en una.

Todos hablan de la pobreza pero no vieron un pobre ni en fotos y jamás hablaron con uno, porque les tienen miedo.

La infección que padecen les impide elaborar un pensamiento propio, así que solo repiten lo que escucharon.

Todos, por culpa de la enfermedad que padecen creen que la solución al tema de la delincuencia juvenil es bajar la edad de imputabilidad, y los más infectados piden pena de muerte para un delincuente que mata en acción de robo, pero jamás pensaron eso para los asesinos masivos autóctonos, que asesinaban gente mientras saqueaban sus bienes y se apoderaban de sus niños.

La enfermedad los obliga a salir a la calle con una cacerola a armar bardo, contra medidas que son para su provecho y bienestar. Es decir, atentan contra sus propios intereses.

MEDIDAS PROFILÁCTICAS

No hay que permanecer cerca de las personas infectadas. Hay que lavarse las orejas con alcohol en gel, hacerse buches de vino tinto, usar barbijo y ventilar los ambientes.
No hay que entrar en conversación con infectados, solamente inteactuar haciendo algunas preguntas como ser:

¿pero vos leíste la ley de medios de comunicación?

¿qué noticiero mirás?

¿qué diarios leés?,

¿alguna vez te fumaste un porro?

¿alguna vez conversaste con alguien que se haya fumado un porro?

¿sos un hijo deseado?

¿cuántas hectáreas tenés vos?

Algunas de esas preguntas desconcierta a las personas infectadas y al menos permanecen unos segundos en silencio.

CURACIÓN
La única manera de curar a los infectados en sumamente drástica, pero muy eficaz.

Tienen que quedar sin trabajo, condenados a la marginalidad, sin tele, ni auto, ni aire acondicionado, ni obra social, ni celular, ni internet y que sólo coman polenta recalentada.
Que trabajen 16 horas diarias limpiando baños y cobrando el mínimo, sin vacaciones ni aguinaldo, viviendo en la Villa 31, sin agua ni luz… hasta que recuerden que son personas, no dioses ni divas y recuperen la empatía perdida.