LUIS MIRET

Integraba la Cámara Federal de Mendoza. Hizo carrera a partir de su rutilante actuación antes y durante la dictadura. Igual que un montón de jueces cómplices que todos conocemos, que arrancaron con la ilegalidad mucho antes del golpe del 76 cuando aún las garantías constitucionales estaban vigentes.

Igual que en el resto del país, Miret aceptó y propició los allanamientos ilegales nocturnos y sin testigos, sin orden de ningún juez, las detenciones ilegales, las torturas, las “indagatorias” judiciales, sin presencia de abogados defensores y con los detenidos amordazados… Visitó los centros clandestinos de detención, vió el estado en que se encontraban los torturados, todavía le daba el cuero para mirarlos con desprecio y hasta burlarse de ellos.

El caso de Luz Faingold es muy elocuente: en agosto de 1975, tenía 17 años y estaba en cautiverio con otras diez personas en el Departamento de Informaciones (D2) de la policía de Mendoza, donde había sido torturada y violada. Él la visitó como juez federal y sabiendo de las violaciones y torturas lo mismo la dejó varios días más en manos de los torturadores. Y como asqueroso argumento, en su defensa alegó que la chica no estaba contenida por sus padres, que estaban separados, así que mejor que quedara bajo cuidado de la D2

Así Luisito Miret se procuró un acelerado ascenso durante los años de la dictadura.

Vuelta la democracia, siguió ayudando a sus amigos genocidas, archivando un expediente por apropiación de un menor, aplicando en 1987 la Ley de Punto Final, cuando el robo de menores había quedado excluido de sus alcances. Hasta 2011 podría haber remedido esa falta grave, pero no lo hizo.

Así, cobrando el sueldazo de juez federal, y recibiendo toda clase de reverencias, llegó hasta septiembre de 2010, cuando fue suspendido. Ahí se apuró a renunciar al cargo para evitar el juicio político y no perder también la jugosa jubilación que le correspondería. Pero Cristina no le aceptó la renuncia.

En su defensa acudió la ex ministra de la Suprema Corte de Mendoza, Aída Kemelmajer de Carlucci, que haciendo gala de su altísimo conocimiento del derecho dijo:

“Usted no era de los jueces de los que la gente habla mal. La gente nunca habla bien de los jueces pero usted no era de los que se habla mal"

Insólito no? Si la gente habla mal de vos, sos culpable… si no hablan mal, sos inocente.. qué linda la justicia mendocina…

El diputado de la UCR Daniel Katz fue el único jurado que rechazó la acusación por la violación de Luz Faingold, al considerar que se trata de un delito de acción privada y que debe ser denunciado por la víctima o su familia, y eso no ocurrió, dijo. No ocurrió en los papeles, tal vez, porque cuando lo denunciaron a Miret no le pareció relevante. Y a esa altura, la familia de la chica lo único que necesitaba era sacar a la chica del país.

Transitó el juicio político y perdió. Ahora tendrá que transitar el juicio penal, espero que con su hermano de (mala) leche, Otilio Roque Romano, actual camarista, que era fiscal en tiempos de la dictadura y está imputado por los mismos delitos, que logró postergar su juicio político por ahora.

Como el cobarde repugnante que es Miret, no estuvo presente en la lectura de su destitución. Pero eso es lo de menos. No es más juez, no podrá volver a ocupar cargos en el Poder Judicial ni le van a pagar jubilación. Y en breve, no la va a necesitar, porque estará preso.

Qué esperanzador. Hay más de un “intocable” preso… Cuando alguien patea el esqueleto judicial, tiembla toda la estructura… yo conozco a más de uno que ahora anda con una gastritis encantadora…

Ahora capaz que Carrió salga a decir “los fallos de Miret son nuestros fallos”


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