Amiguitos... ésta es la entrevista en el programa Mañanas Informales, donde expusieron cosas muy interesantes las ex-detenidas desaparecidas Adriana Calvo de Laborde y Nilda Eloy, acompañadas por la abogada Guadalupe Godoy.
No tiene desperdicio.
Un año sin Julio López
Ernestina Pais: Como decíamos, hoy es una fecha que corresponde que recordemos todos, porque esto no debiera pasar en democracia, el primer desaparecido de la democracia, Jorge Julio López, a un año de su desaparición. Este es el informe.
Locutor (informe): La información reunida la juntaba con sus recuerdos en unas páginas
escalofriantes, que ocultaba en una carpeta que casi nadie conocía; salvo Pastor, a quien se la confió como un legado especial.
Voz: Pastor, te dejo esta carta para ver si algún día podés hacer justicia.
Pastor: Tiene unos dibujos muy precarios pero muy impactantes, del campo de concentración.
Periodista: ¿Qué se ve en esos dibujos?
Pastor: Y, en esos dibujos se ve la disposición en que estaban ellos dentro del campo de concentración, o sea, cómo estaban ubicados, el lugar de tortura, y un poco, así, muy groseramente, dibujadas las víctimas y los torturadores, y los asesinos.
Voz: Tercer día: después de una picaneada feroz quedamos los cinco tirados en la celda, pero a las 8 de la tarde más o menos llegó el grupo de tareas. Allí fueron matando uno a uno con una pistola con silenciador; yo sentí un golpe, como un mazazo, y un grito, ugh, y quedaban tendidos. Acá (Tate) balbuceando me dice al oído, López, si te salvás, en otro lugar está Mirta, y avisá a mi casa donde estuvimos. Sentado, el gorila, o sea Etchecolatz, hacía las preguntas.
(Pastor): El estaba ansioso por declarar, no estaba reticente ni mucho menos, al contrario, él quería declarar. Creo que era como que sentía que era sacarse un peso de encima, (declarar) contra Etchecolatz.
Voz: Estos crímenes no vencen nunca. (fin informe)
Ernestina Pais: Ahí veíamos entonces lo que eran escritos de Jorge Julio López, que hoy cobran una importancia enorme, permiten recordarlo, y sobre todo recordar el hecho más importante, que es que no está con nosotros. Está visitándonos en el programa Adriana Calvo, integrante de la Asociación de ex detenidos desaparecidos, Nilda Eloy, integrante de la asociación también, y además testigo en el caso Etchecolatz, y la doctora Guadalupe Godoy, integrante de la Liga argentina por los derechos del hombre. Bienvenidas, si se puede decir eso; por lo pronto es importante recordar este y todos los días el hecho de que hay un desaparecido en democracia; y hoy obviamente es un día muy especial, por ser el día en el cual Jorge dejó de estar con nosotros. ¿Qué avances hay en el caso? Puede responder quien quiera empezar a hablar.
Adriana Calvo: Creo que las tres vamos a responder lo mismo: ninguno, absolutamente ninguno, La verdad que este año de investigación es un muestrario de inoperancia, de complicidades, de encubrimiento. Cualquiera que se acerque a la causa y la lea someramente se va a dar cuenta que esto (es así).
Ernestina Pais: Estos allanamientos que se han dado en los últimos días, a la casa del que era el
secretario de Etchecolatz, ¿qué implican, qué significan? ¿Por qué a un año de la desaparición de Jorge Julio López recién ahora se allana la casa de alguien que se supone puede tener información?
Guadalupe Godoy: En realidad lo que nos preocupa es que precisamente una línea que fue aportada por los organismos de derechos humanos, en noviembre del año pasado, tenga este punto culminante justo antes del aniversario, con muy poco cuidado, allanamientos donde no participó el juez, donde no participó el fiscal, donde nosotros no fuimos notificados, y donde todo lo que se incautó en definitiva quedó en manos de la Policía Bonaerense, fuerza que al día de hoy seguimos reclamando, ya no sabemos cómo, a gritos, que la aparten, porque es muy difícil que alguien se investigue a sí mismo, y porque en general todas las líneas de investigación que nosotros hemos aportado involucran a policías en actividad.
Osvaldo Bazán: Eso no es inoperancia.
Guadalupe Godoy: No, eso es pasividad; y a un año la pasividad es encubrimiento.
Ernestina Pais: Nilda, el día que Jorge desaparece se iba a encontrar con vos para ir al juicio.
Nilda Eloy: Y para entrar, porque bueno, habían dado una serie de acreditaciones, y habíamos arreglado encontrarnos. El venía con un hijo, un sobrino, y yo tenía en mano las acreditaciones que eran para ellos.
Ernestina Pais: O sea que fuiste la primera en darte cuenta seguramente que él no llegaba.
Nilda Eloy: Bueno, cuando vino Gustavo, el hijo, a las 9;15, que era el horario que nos íbamos a encontrar, (y me dijo) el viejo no está... Es decir, primero bueno, se vino más temprano, no lo esperó al hijo, qué sé yo; pero cuando Gustavo aclaró que la ropa, que era muy sistemático, la misma ropa, tipo cábala, para toda las audiencias, todos los (reconocimientos); es ropa había quedado en la casa, preparada... (Será) una tontería, pero a mí eso (...) se lo llevaron.
Ernestina Pais: Todos los que lo describen, la familia, o la gente que tuvo contacto con él, habla de los mismo que hablás vos Nilda, de lo metódico que era, y cómo conservaba sus... Bueno, de hecho los dibujos inclusive uno puede ver el trabajo, hasta con dibujos que acompañan el texto, para describir cómo había sido su encierro; digo, habla de una persona que se concentraba mucho, que repetía seguramente, que era metódico en sus cosas. De hecho hasta donde tomaba el mate, qué era lo que hacía antes de irse a dormir; la familia lo cuenta. Cuesta creer que el estado haya tardado tanto tiempo en aceptar que esto no podía ser una simple... Una persona que se había perdido.
Nilda Eloy: No había ningún motivo para eso. Y hoy nos acordábamos, ayer, dentro de dos días se va a cumplir un año que estuvimos aquí, en este programa, y estuvimos junto con el hijo. Y en ese momento Gustavo decía mi papá no es un hombre enfermo, jamás tuvo un (lapsus), jamás se perdió. No. Pretendieron durante muchísimo tiempo, y creo que si nos descuidamos todavía lo pretenden, hacerle creer a todos que esto no era un delito, que era una cosa... Que se había perdido, que se había ido.
Ernestina Pais: ¿Vos creés que hoy siguen intentando que la gente crea eso?
Nilda Eloy: Mirá, cada vez que yo escucho busquemos a Julio es a lo único que me puede remitir; buscar de esa manera es buscar algo que se pierde, y Jorge no está perdido. Vos buscás al perrito perdido que se le perdió a la vecina de al lado.
Ernestina Pais: Claro, como si fuera responsabilidad de todos nosotros digamos, encontrarlo.
Nilda Eloy: Porque no está perdido.
Osvaldo Bazán: Secretaría de Derechos Humanos, de provincia y nación, ¿qué hicieron?
Adriana Calvo: Bueno, yo insisto, nada, en realidad nada. cuando uno se detiene a ver a lo largo de este año las declaraciones de los funcionarios, a recordarlas, es clarísimo que hubo una primera etapa, que es la que decía Nilda, que duró entre dos y tres meses según el funcionario, de negar el hecho absolutamente, de quitarle importancia, incluso de querer ensuciar a Jorge, echando dudas sobre su actitud durante su secuestro y mientras estuvo preso. Luego empezaron a reconocer que podía estar secuestrado, que podría haber sido un delito; esa etapa culmina con Kirchner hablando por la cadena nacional, pidiendo que aparezca el amigo (Tito). De golpe se transforma en el amigo (Tito), que aparezca con vida, en un discurso que yo no olvidaré jamás, porque era el presidente de la nación el que lo estaba dando, y por lo tanto él no puede pedir que aparezca con vida. Nosotros tenemos que reclamar, y reclamarle al gobierno, y exigirle al gobierno; el presidente no puede decir...
Ernestina Pais: No hay nadie por sobre él a quien pedirle.
Adriana Calvo: Claro. (Que hay bandas fascistas) en actividad, y seguramente lo tienen a López. Y luego de ese período del amigo Tito vino, bueno, lo que estamos hoy, un período de silencio absoluto, donde nadie habla de López. Hoy una periodista me hizo notar que no sólo no habla de López el gobierno; no hablan de López los candidatos, nadie. Es como si no existiera López.
Ernestina Pais: Mientras se da digamos una supuesta política de derechos humanos abierta a esclarecer los delitos, como el caso del juicio a Von Wernich, el propio juicio a Etchecolatz. ¿Ustedes creen en esa política, creen que hay una verdad en esa política de derechos humanos?
Nilda Eloy: Habría que creer que hay una política primero. (risas) Pero bueno, esa es otra historia. Creemos que acá el gobierno tuvo un acompañamiento de determinadas luchas, y así tuvimos la nulidad de las leyes, o la reapertura de las causas, como un acompañamiento a una lucha que ya existía. No es que la hicieron por motus propio. El marco de los juicios es (similar), no son juicios...
Ernestina Pais: Eran juicio que estaban ya encaminados.
Nilda Eloy: ...que estaban abiertos, y yo me atrevería a decir mucho menos impulsado. Estos juicios, tanto en Capital, como en La Plata, como en interior del país, son impulsados fundamentalmente por las querellas.
Ernestina Pais: Vamos a ver lo que fue una recorrida que hicimos por la casa de Jorge López, para que se entienda un poco lo que estamos hablando, esa cosa metódica que tenía Jorge de... Cómo es el barrio también, porque es un lugar donde es difícil que una persona que vive hace tantos años pueda perderse, como nos quisieron hacer creer en un primer momento. Veamos
Ernestina Pais (video de entrevista al hijo de Julio en su casa): Julio esa noche de domingo, queda en este lugar exactamente.
Ruben Lopez: (Se queda) sentado acá mirando televisión.
Ernestina Pais: Este mismo lugar es el que ustedes encuentran a la mañana siguiente.
Rubén López: Sí.
Ernestina Pais: ¿Qué ven, qué encuentran?
Rubén López: Lo único raro son las zapatillas que usaba, unas ojotas de entre casa, sobre una de las sillas, y que en la pieza donde él tenía su ropa preparada para ir, faltaban los borceguíes, que son los que usaba para salir, para ir a caminar, o para hacer mandados.
Ernestina Pais: Esta es la puerta que atravesó Julio, si suponemos que él sale a los alegatos. Una cosa normal hubiera sido: él cierra la puerta...
Rubén López: Cierra la puerta, pone la llave con la ventanita abierta, y la tira hacia adentro. Ese día cerró la puerta, dejó la ventana abierta...
Ernestina Pais: ¿Cerró la puerta con llave?
Rubén López: Cerrá la puerta con llave, el (portillo) queda cerrado así, tal cual está cerrado ahora, y no sabemos nada. Al tiempo después encontramos la llave ahí abajo. Sale, lo cierra, porque estábamos nosotros... O sea, cuando mi hermano empezó a buscarlo estaba todo normal, y hasta acá es donde podemos ese día ver, suponemos, qué fue lo que pasó.
Ernestina Pais: Sale... Me decís que tu hermano...
Rubén López: Va hasta la esquina, donde se puede mirar hacia los cuatro lados de las esquinas, es amplia la vista, tratando de ver, pensando que había salido a caminar, nervioso por algún motivo. Se para acá, empieza a mirar, no lo ve, vos ves que es amplia la vista hacia las cuatro calles.
Ernestina Pais: Si él hubiera decidido ir caminando hacia el palacio municipal, ¿para qué lado tenía que ir?
Rubén López: Tenía que agarrar hacia aquel lado, 69, para el lado de 137. Pero es muy lejos, si bien él camina todos los días no es para que él fuera caminando hasta allá solo.
Ernestina Pais: Me decías que había cuatro testimonios que lo habían visto sin embargo, más tarde.
Rubén López: Sí. 9:30, 10:30 de la mañana más o menos, fue el cronograma de horarios que pudimos hacer.
Ernestina Pais: Por esta calle que estamos caminando.
Rubén López: Sobre la 140, entre 67 y 68, es una cuadra y media hacia adelante, y después dos cuadras y media más hacia el lado de 137, en la parte de (Los Hornos).
Ernestina Pais: Y esos testimonios son los últimos que indican que tu papá estaba vivo, caminando por el barrio. (fin video)
Ernestina Pais: Veíamos las imágenes, y el comentario es ahora se entiende; y queríamos mostrárselo, para que se comprenda cómo es muy difícil que alguien se pierda y no sea visto, en un lugar donde las calles son tan amplias, tan abiertas, donde hay pocas casas por cuadra; no es una ciudad que te come, te deglute, donde un persona se pierde y realmente uno no la puede encontrar. Es un barrio de casas bajas. Y donde vivís hace 40 años con los mismos vecinos.
Ernestina Pais: O sea, es muy difícil creer que una persona desaparece, se la come la tierra, en ese lugar, si no es por manos que hacen que eso suceda.
Guadalupe Godoy: Sí. pero fundamentalmente por el momento y las circunstancias en las cuales esto pasa. Ahí muchas veces se generan mitos, y uno es que Julio era un testigo clave, y ese día iba a escuchar... Bueno, a veces se dice la sentencia... Julio tenía que estar presente para los alegatos, pero no era que quería ir a escucharlos solamente; él sabía que tenía que estar para que nosotros pudiéramos alegar en su nombre, porque no actuábamos con un poder sino como patrocinantes. La presencia de él era indispensable, de hecho estuvimos a punto de no poder hacer ese alegato, hubo dos horas en las cuales hubo complejidades, que terminaron en que técnicamente nosotros sólo alegamos en nombre de Nilda Eloy y de la Asociación de detenidos, no en nombre...
Ernestina Pais: ¿Esto podría haber hecho peligrar una condena?
Guadalupe Godoy: Una condena no, pero sí la condena que se obtuvo, porque la única querella que solicitaba que la condena que fuera reconociendo en genocidio era la nuestra, la de las organizaciones de derechos humanos.
Ernestina Pais: Si nosotros tomáramos el caso de Jorge y tuviéramos que establecer quién se ve perjudicado políticamente con la desaparición de Jorge Julio López, ¿a quién se señala? Porque hay gente que dice esto es una interna de la bonaerense, esto es por la caja, entonces como corresponde que vos cuides a esta persona yo hago que esta persona desaparezca; hay quienes hablan de ir más alto, y perjudicar, como decía antes, una idea de una política de derechos humanos que lleva adelante este gobierno; ¿quién se perjudica más, o qué suponen ustedes, cuál de todas las teorías para encontrar al culpable es la cierta? ¿Una interna de la bonaerense, atacar al gobierno?
Adriana Calvo: Mirá, nosotros pensamos que esto es una amenaza muy clara primero, es un mensaje. En los últimos días se han escuchado ciertas voces que hablan que lo de Julio es un coletazo del pasado, es como el manotón del ahogado, lo último que pudieron hacer los genocidas al verse juzgados. Nosotros pensamos que no es así, de última ojalá fuera así; es mucho más grave. Esto es una amenaza a los testigos, a los querellantes, a los jueces, a los fiscales, a los familiares, pero también es una amenaza a todo el pueblo, porque lo que nos están diciendo es aquí estamos, estamos activos, estamos dispuestos, y podemos hacerlo. Y por último también nos parece que es una mojada de oreja al gobierno, que lo fue un su momento, diciendo a ver hasta dónde llegás. Y la respuesta del gobierno fue muy clara hasta dónde llegó: hasta ahí. No hay un solo responsable imputado en la causa, no hay procesados, no hay detenidos; esta es la respuesta del Poder Judicial y del poder político, que actúa en la causa y mucho.
Gastón Recondo: Es que además no hay ninguna suposición de cómo puede haber sido el tema aquella noche, o aquella madrugada. Yo lo que recuerdo, hacías mención de cuando vinieron dos días después de esto acá al programa, y me acuerdo que lo que nosotros percibíamos era que iba a aparecer, que de alguna manera se lo iba a encontrar, que iba a haber unas disposiciones que después finalmente no existieron. ¿Ustedes en quién más confiaban, o en quién pensaron que se iban a apoyar, como para conseguir lo que 30 años atrás no se pudo conseguir?
Nilda Eloy: En el reclamo, en la gente en la calle...
Ernestina Pais: Claro, en testigos, en que apareciera.
Adriana Calvo: Siempre pensamos que si alguien podía verlo en la calle, y que si insistíamos mucho y reclamábamos, y su cara aparecía, esto los primeros días, íbamos a poder tener algún dato; evidentemente éramos demasiado optimistas en esos primeros días, y rápidamente nos dimos cuenta de que eso iba mucho más allá.
Gastón Recondo: ¿Y cuándo les cayó la ficha de que no iba a pasar por ahí el tema, de que iba mucho más allá?
Guadalupe Godoy: A los dos días creo, cuando empezaron las negativas constantes de los funcionarios, que nos daban un discurso absolutamente contradictorio: por un lado ninguneaban la situación, por otro nos decían dennos tiempo. Y creo que el día que nos recibió Aníbal Fernández, ese viernes, con toda esa soberbia y ese mensaje, que era esto es lo que hay, bánquensela, y a la noche Solá y Arslanián, con Solá confesándonos que sólo controlaba a 40 mil de los 60 mil efectivos de la Policía Bonaerense...
Ernestina Pais: Bueno, ese es un tema muy importante, porque hay gente en actividad que pertenece directamente a esa época. ¿Cuántos policías se supone que están dentro de las fuerzas de seguridad que no es que tuvieron contacto o fueron contemporáneos, sino que tuvieron actuación y participación directa en los años negros de la dictadura? ¿Cuántos estiman que hay?
Adriana Calvo: No estimamos, es un dato que entregó el Ministerio de Seguridad a la causa, a pedido nuestro precisamente. A noviembre del año pasado al menos había 9026 policías en actividad que ingresaron durante la dictadura. Y nosotros depuramos ese listado, y aquellos que ya estaban en la policía en el año 76, y que ingresaron hasta el año 78, es decir los peores años de la represión, son, de esos 9026, 3508. 3508 en actividad hoy que estuvieron en actividad en los peores años de la represión.
Osvaldo Bazán: Una fuerza armada.
Adriana Calvo: Solamente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. No contemos la federal, la SIDE, la gendarmería, el ejército, la marina, la Fuerza Aérea.
Osvaldo Bazán: No se investigó a esa gente.
Adriana Calvo: No se investigó ni siquiera a los que Julio denunció.
Ernestina Pais: Perdón, no se investigó al secretario de Etchecolatz, que aparece, por lo que entiendo, (...) esta pista que lleva al allanamiento, en una foto, cercano a Jorge López, que de alguna manera demostraría que por lo menos estaban cerca de... Digamos, había un seguimiento previo durante al juicio a Jorge Julio López.
Adriana Calvo: Sin duda, las fotos muestran eso.
Nilda Eloy: Es de un mes antes.
Ernestina Pais: ¿Y qué muestra esa foto, cuál era la circunstancia en la que se saca esa foto?
Adriana Calvo: Son varias fotos, de un acto en el que Julio aparece... Permanente detrás de Julio aparece esta persona, que nadie conocía. En un acto de derechos humanos quien más quien menos nos conocemos todos, y había una persona de aspecto extraño, y además permanentemente cerca de Julio.
Ernestina Pais: ¿Y cómo reconocen que es (Chicano), que es este hombre, el secretario de Etchecolatz?
Adriana Calvo: La foto esa fue entregada a la causa y allí es donde el juez interviene la policía de alguna manera, y un informante reconoce que es (Chicano). Pero lo terrible de esto es que hace muchísimo tiempo.
Ernestina Pais: Noviembre del 2006.
Adriana Calvo: Muchísimo tiempo que sabemos el nombre de este señor. Ahora, 10 meses después se hacen estos allanamientos, se hacen tarde por supuesto, se han mal, como decía Guadalupe, sin presencia judicial, solamente en manos de la policía. Se allanan la mitad de los domicilios que había que allanar, se les dan los nombres a la prensa, salieron en el diario hace 15 días los nombres, y volvieron a salir por supuesto esta semana. O sea, se arruinan las pistas que hay. Se arruinó lo que Atalaya, esos famosos allanamientos...
Nilda Eloy: Bueno, con respecto a esa pista de entrada se la trabajó, específicamente para quemarla. ¿A quién se le da a investigar esa pista? Se le da a (Farinelli), un tipo que ingresa a la policía en el 73, que hace toda su carrera en la Dirección General de Inteligencia de la Policía Bonaerense; ¿va a investigar a sus compañeros de trabajo? Por favor.
Ernestina Pais: Vamos a escuchar parte de lo que fue la declaración de Jorge Julio López.
Jorge Julio López (video): Y el día 30 aparece Alendro Sánchez, todo torturado, todo lastimado, y lo unen pelotón nuestro, lo ponen junto con nosotros en una celda, que era un lugar que era medio ovalado, y había muchas celdas. Después los picanean también junto con ellos, pero a Guillermo lo separaron del grupo. Después, el día 1, los saca Etchecolatz don el grupo de picaneadores, grupo que reconozco a algunos, como (Garachito), (Aguiar), y (Urcola), uno que después fue comisario; y a esta Manopla Gómez, que era el que te hacía todas esas (hechurías), te pegaba patadas en los calabozos. Y después lo vuelven a torturar el día 2; el 3 lo llevan a la celda y (me tiro en el suelo), y por ahí siento una mujer que grita no me peguen, no me peguen.
(fin video)
Ernestina Pais: Recién, mientras escuchábamos este testimonio, que lo hemos escuchado muchas veces en los medios, recordábamos el día que vinieron, horas después de la sentencia, una sentencia que fue largamente buscada, la primera vez que se utiliza la palabra genocidio en una sentencia, en contra de Etchecolatz, un personaje nefasto, y recuerdo... Por lo menos lo que yo compartía recién con ellas era nosotros, en un primer momento, no tomábamos dimensión de la situación hasta que empieza la nota de una manera y termina mostrando la foto, y diciendo ojo, esto no es el caso cualquiera de una persona que no llegó a un lugar; digamos, me parece que un poco todos fuimos tomando conciencia, o por lo menos eso fue lo que me pasó a mí, y recordaba ese estado de empezar a darnos cuenta que la situación no iba a tener un final cercano feliz, y que estábamos ante algo que tristemente recordábamos de otras épocas. ¿A ustedes les pasó lo mismo, desde el primer instante se dieron cuenta de la dimensión de este tema, cómo fueron esos días posteriores?
Adriana Calvo: A mí me tocó el mismo día, el día 18, después de los cabildeos, que llevó como dos horas saber qué hacíamos con el juicio, teníamos que alegar, el tribunal no nos dejaba alegar, con los seis abogados, no sabíamos si retirarnos en señal de protesta, si entrar a la sala; los periodistas se empezaron a dar cuenta de que algo pasaba, algo muy raro, el juicio se había demorado ya como dos horas. Y finalmente resolvimos que íbamos a entrar a la sala, y que los abogados iban a pedir en público, al tribunal nuevamente, que nos dejara alegar con los seis abogados; así que entraron todos, se había formado como un grupo así, que estaban los periodistas por fuera y no podían escuchar nada, entraron todos a la sala y me quedé yo sola, y los periodistas me rodearon y me dijeron señora, qué pasa, por qué no empieza el juicio. Y yo misma me escuché decir el juicio no empieza porque Julio López está desaparecido, fue secuestrado. Y yo misma me asusté cuando me escuché decir eso; los periodistas no te digo, se hizo un silencio, me miraban si yo estuviera loca. Ellos ni sabían quién era Julio López, por supuesto...
Ernestina Pais: Ni la importancia que tenía dentro del juicio.
Adriana Calvo: No sabían que tenía que estar, no lo conocían físicamente. Y yo estaba diciendo que una persona había sido secuestrada. Se quedaron helados, y yo también, porque yo cuando puse en palabras lo que había estado pensando todo ese tiempo, que Julio, la única manera (de que no hubiera) llegado a ese tribunal era que hubiera tenido un accidente, que se hubiera muerto internado en un hospital, o que hubiera sido secuestrado.
Ernestina Pais: Pero también creo, para dos mujeres que han pasado lo que ustedes han pasado... Había algo en el procedimiento, en la manera, que es el ADN de estas situaciones, y que uno reconoce sobre todo cuando las vivió.
Nilda Eloy: A mí no me convencía nadie de que Jorge estuviera perdido, no podía... O sea, es muy difícil aceptar nuevamente, hasta utilizar la palabra desaparición. Aceptás nuevamente la posibilidad de la desaparición como una cosa cotidiana y actual; es terrible. Entonces por ahí parecía (como que tuviéramos) esa dualidad, pero bueno, una dualidad que en la acción no existía. Nosotros ese mismo día coordinamos con la familia, alrededor de las 11 hicieron la denuncia ellos en comisaría, hasta ahí habíamos quedado en no decirlo a los medios, habíamos quedado en no hablar, y a las 12, 12:30, estábamos nosotros presentando el primer hábeas corpus.
Guadalupe Godoy: Mientras alegábamos.
Nilda Eloy: Mientras alegaban nosotros fuimos a presentar el hábeas corpus.
Osvaldo Bazán: En la década del 70 la desaparición forzada de personas fue una política deliberada del estado; ahora, después de un año de que el estado no ha podido esclarecer este caso, ¿el Estado Nacional no puede o no quiere?
Adriana Calvo: Yo pienso a esta altura que no quiere. Que no quiere porque la red de complicidades que seguramente han descubierto detrás de este caso... No puedo creer que el gobierno no sepa. Para empezar estoy convencida de que sabe; sabe quién se lo llevó, qué pasó con Julio... Estoy convencida de eso. Y lo que han descubierto es que la red de complicidades es tan grande y abarca a tantos miembros de la bonaerense, y probablemente de la federal, y de otras fuerzas de seguridad en actividad, que descubrir todo eso le haría cambiar su política. Porque es la misma policía que (necesita) para reprimir. ¿Cómo reprime la gendarmería en Caleta Olivia, o en Santa Cruz? ¿Cómo asesinan a Fuentealba? Es una cosa o la otra: o descubren y sacan a la luz quién se llevó a López y todos los cómplices que hay alrededor de este caso, y se quedan sin nadie para reprimir, o siguen reprimiendo la protesta social como hasta ahora.
Osvaldo Bazán: Eso hace que la oposición no hable del asunto.
Adriana Calvo: Absolutamente. Por eso marcaba que ningún candidato de la oposición se acuerda de López.
Gastón Recondo: Está bien, pero lo más triste es que esto se da en un contexto en el cual creíamos que llegaba el momento de la justicia, y que seguramente a ustedes el juicio a Von Wernich también las debe alterar; porque estamos todos esperando que no pase nada, pero que no pase nada de verdad, y que no desaparezca nuevamente una persona, y que a los testigos que (justifican) que aparezca la pena correspondiente los cuiden como los tienen que cuidar, como lo tuvieron que haber cuidado a Julio López.
Ernestina Pais: El tema es quién te cuida ¿no?
Nilda Eloy: El tema es que el asunto no pasa por que te cuiden, no pasa por custodias, no pasa por vigilancias; para por obtener una seguridad efectiva. Y la seguridad sería todos los represores en la cárcel. Y por eso cuando hablan de la voluntad de cuidar a los testigos... No existe. Si esa voluntad existiera tendrían que tener la voluntad de dar seguridad a todos los habitantes de esta Nación.
Ernestina Pais: Vamos a escuchar a Carlos (Rosanski), cuando vino también aquí, días después de la sentencia.
Carlos (Rosanski) (video): Lo que pasa es que en el caso de este señor López, yo creo que es un problema de extrema gravedad, haya pasado lo que haya pasado; yo no puedo abrir (juicio de valor) porque no sé lo que pasó, lo que sabemos es que él tendría que haber estado ayer y no estuvo.
Jorge Guinzburg: Y que tenía interés en estar.
Carlos Rosanski: Tenía interés. El había participado no sólo del juicio, que no era la primera vez, él relató distintas veces en distintos episodios, hasta llegar al juicio, lo que le había pasado; él vino con nosotros a las inspecciones oculares que hicimos en los centros de detención, dio detalles, o sea, él colaboró muchísimo con la causa. Y la preocupación es, o por lo menos lo que a mí me pasa por la cabeza: nada de lo que haya pasado (es bueno). (fin video)
Ernestina Pais: Es el mismo tribunal que en este momento está llevando adelante el juicio a Von Wernich. Conformes supongo, y tienen una buena relación, o calculo que habrán sentido que se hizo justicia en esa sentencia.
Adriana Calvo: ¿En la sentencia de Etchecolatz? Sí, claro. Siempre queremos más, por supuesto, pero realmente fue una sentencia muy importante, donde por primera vez en la historia de la humanidad, no en la historia de nuestro país, en la historia de la humanidad, un tribunal reconoce la existencia de un genocidio en su propio país; no pasó nunca. Siempre fueron tribunales externos al país, tanto del genocidio nazi, como todos los demás; esta es la primera vez. Y por eso este fallo nos dicen los abogados que está siendo estudiado en todas partes del mundo.
Ernestina Pais: Me imagino. Como fue en su momento también el juicio a las juntas; sin la triste consecuencia posterior, pero digo, también en su momento fue un juicio ejemplar, que se ha estudiado en todo el mundo, porque es como vos decís, (...) veces en las cuales un país se juzga a sí mismo, con sus jueces, con sus testigos, dentro de su territorio además.
Guadalupe Godoy: Lo que pasa es que además si uno piensa en los juicios como forma de poder rediscutir y resignificar la dictadura, a diferencia del juicio a las juntas, donde se (hacía hincapié) en al teoría de los dos demonios, (o sea) una lectura que en definitiva es falsa sobre lo que sucedió, acá, cuando estamos diciendo que hubo un genocidio, estamos diciendo que ese plan fue para instalar un modelo. Y también lo que estamos diciendo en definitiva es que hubo sectores que se enriquecieron con ese modelo, que lo favorecieron, que son los cómplices civiles, que es mucho más amplio y mucho más rico para nosotros.
Ernestina Pais: Les agradecemos mucho que hayan estado acá, y obviamente la intención de esto es recordar y que no se pierda de vista que se está buscando a Jorge Julio López, que tiene que aparecer, eso tiene que suceder en un país con libertades y con responsabilidades claras de lo que ocurre, y realmente lo único que nosotros podemos esperar es que eso suceda. Les agradecemos mucho.
Adriana Calvo: No queremos terminar sin convocar por supuesto para...
Nilda Eloy: Vuelvo a repetirte, aunque parezca que es una pavada: nosotros no buscamos a Jorge; exigimos su aparición con vida y el castigo a los responsables. Y por eso convocamos desde el espacio Memoria, verdad y justicia, aquí en Capital, a las 17 horas, en Plaza Congreso, y en La Plata, desde Justicia ya y desde (Multisectorial La Plata), en Plaza San Martín.
Ernestina Pais: Muchísimas gracias.