El 55 no es una exageración, ni un número cualquiera.
Fueron 55 recursos, recusaron a los jueces, de a uno y en
pleno todo el tribunal, a los jueces que se fueron y a los nuevos que vinieron también los recusaron, recusaron a los jueces que debían
decidir sobre las recusaciones.
Recusaron a los jueces de Casación… recusaron a los empleados del tribunal oral... recusaron a la fiscal... más y mejores recusaciones... y todo cuanto
pudieron inventar, nulidades de todo cuanto existe y se mueve… que fueron
minuciosamente denegadas en los últimos meses por la Cámara de Casación.
Después de todo el festival, que no empezó con el juicio, sino que llevaba meses y meses... ahora consiguieron - tal vez por obra de algún operador – que la Cámara les abra la última ola de recursos.
12 quejas presentaron las Defensas Unidas de los Represores, lideradas por Liendo y
Olmedo, que seguramente conservarán más de un contacto en la justicia federal
remanente de la dictadura.
Porque a ver si nos entendemos de una:
LA ÚNICA ESTRATEGIA DE DEFENSA QUE TIENEN LIENDO Y OLMEDO
ES QUE EL JUICIO NO SE REALICE.
Saben perfectamente que fueron parte de la maquinaria que
ejecutó el genocidio.
Los otros se ensuciaron las manos con sangre.
Ellos se encargaron de la parte de adornarlo con unos
cuantos papeles y ponerle sellos de legalidad.
Saben que hay una montaña de expedientes de la época, donde
ellos ponían el gancho y daban una pátina de legitimidad a indagatorias
arrancadas bajo torturas, y supuestas fugas de detenidos que eran
desapariciones forzadas, que ellos disimulaban con pedidos de captura.
ESO HICIERON
Y lo único que pretenden es esconderlo.
Que la sociedad santiagueña lo ignore y que no lo confirmen
los que lo sospechan.
Y para eso: TIENEN QUE EVITAR EL JUICIO. Punto.
Primero desplegaron todos los ardides posibles, todos los
recursos legales.
Vencidos en todas esas instancias, aullando como vírgenes
violadas contra el tribunal, empezaron las artimañas de salud para evitar las
lecturas de la acusación.
Médicos van y vienen, amigos, parientes, vecinos y hasta
nueras! indican que el stress no es conveniente para los pobres tipos… no me
digas!… a mí mis médicos me dicen lo mismo, pero me dejan seguir trabajando…
Así que se sientan y escuchan los hechos de la acusación
30 años tarde…
Ante el hecho consumado de que el juicio comenzaba
indefectiblemente, empezó un zafarrancho, una cosa enredada:
La soberbia de creerse dueños de la parada les ha impedido
estar preparados para la contingencia de que se realice el juicio… así que, en
algo que supongo un acto desesperado, renuncia el hijo abogado, el hijo
inmolado de Olmedo abandona la defensa… (lo veo y me figuro a un Al Qaeda al
revés… sin convicciones, que se escapa para no prenderse fuego por no poder o
no saber defender a su papá)
Todavía no se puede hablar de suspensión de nada, no se hagan los rulos, dijo Cristina... hasta que
Casación no se expida. Deben definir qué van a hacer con esos recursos de queja
que abrieron… mientras tanto, el juicio está en marcha…
Conversando con un amigo el otro día, me daba cuenta que
estos tipos me hacen acordar a Clarín y Ernestina Herrera de Noble y esa runfla
de gente patética… esa gente que cree que las leyes no son para ellos, que el
Código Penal es para la gilada…
Olmedo, todavía no puede creer que ÉL esté pasando por esa
situación.
No soportan dar explicaciones, o rendir cuentas. El lugar de
los acusados no es el lugar de ellos… ellos son los dueños de la parada, de la
cancha, de la pelota, ellos no dan explicaciones.
Tal vez alucinan que viven en otra República, donde tienen
su propio código penal, distinto, su propia constitución, diferente de la
nuestra…
Tal vez en esa Otra República la Constitución no tiene un artículo 16 que
dice que
“La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de
nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus
habitantes son iguales ante la ley…”
Y entonces, cuando fueron jueces, ambos… tal vez manejaron una
constitución de esa Otra República que ellos habitan, que no tenía un artículo 18…
Artículo 18.- Ningún habitante de la Nación puede ser penado
sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por
comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del
hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni
arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente. Es
inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio
es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados;
y una ley determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a
su allanamiento y ocupación. Quedan abolidos para siempre la pena de muerte por
causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las cárceles de la
Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos
detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a
mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la
autorice.
Mejor me callo, chamigo…
