Difícil encontrar la punta del ovillo que está armado desde el monopolio y sus acólitos.
Entre la diversidad de argumentos falsos, zócalos tendenciosos, personas absolutamente desinformadas, políticos -tal vez... algunos- informados pero fanáticos opositores al gobierno, “comunicadores” que lo único que comunican es su adhesión a sus actuales patrones… me hace falta decir un par de cositas:
No hay un PARO DEL CAMPO, hay un LOCKOUT, que es bien distinto.
Lock-out (explica wikipedia) quiere decir "cerrar y dejar fuera".
A diferencia del derecho de huelga de los trabajadores, internacionalmente no hay ninguna norma que reconozca al paro patronal como derecho.
El cierre patronal puede estar dirigido contra los trabajadores, especialmente los sindicatos, para evadir sus peticiones laborales, o contra el Estado, con el fin de forzarlas a cambiar determinada política pública, o como expresión de descontento contra determinado gobierno. Y ese es precisamente el caso.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha definido el lockout como "el cierre total o parcial de uno o más lugares de trabajo, o la obstaculización de la actividad normal de los empleados, por uno o más empleadores con la intención de forzar o resistir demandas o expresar quejas, o apoyar a otros empleadores en sus demandas o quejas".
O sea, no hay paro… hay LOCKOUT.
Encima, graciosamente, ahora el lockout viene a ser contra la oposición… los “patrones del campo” están enojadísimos con los diputados y senadores de la oposición porque el congreso convirtió en ley el proyecto que prorroga las facultades delegadas al Ejecutivo.
En el blog Noticias de San Pedro, se analiza muy bien de qué vienen las protestas de dueños de campos y del mal uso del lenguaje.
“La expresión “huelga del campo” es totalmente inadecuada para describir lo que está ocurriendo. En primer lugar porque, mal que les pese a quienes la usan, el campo no está “parado”, que es lo que significa este término: los peones o empleados de los campos siguen atendiendo a los animales, las cosechas se siguen levantando, las vacas se siguen ordeñando y quienes dicen “estar de paro”- los patrones- son los que no “trabajan”.
Ha habido, en consecuencia, una apropiación de una terminología que siempre impacta favorablemente porque remite a una injusticia social.
En cambio, llamar “corte de rutas” a la obstaculización de la circulación en los caminos es una forma eufemística de dar nombre a algo que ya tiene una palabra propia, acuñada en los últimos años, y que incluye quema de cubiertas y otros objetos: “piquete”.
¿Por qué se desecha esta manera de nombrar lo que se hace? Porque este mismo sector que hoy se apropia de esta forma de protestar, ha “demonizado” el piquete; ha dicho que impide trabajar al que “quiere” trabajar, como si quienes cortaban las calles no hubieran querido hacerlo.”
Por otro lado… la nueva ley de medios.
Mirá esos titulares… (pido disculpas a los amigos bloggers, porque no me acuerdo de dónde los afané)
Uno escucha cada cosa… cada argumento!!!
Buenísimo el bloque de TVR dedicado a éste tema… (acá entre nosotros, ¿se imaginan la presión que estará sintiendo el dúo que conduce TVR y su producción?... yo los felicito. Todos los sábados espero que les levanten el programa, pero evidentemente no lo levantan para no mostrar tanto la hilacha)
La supuesta "falta de legitimidad" del actual Congreso para tratar este tema: a nadie de la oposición parece molestarle la falta de legitimidad de la actual ley, que fue sancionada por la dictadura, y a la que, al pasar por esa picadora de carne que fue el menemismo y los 90’, se le sumó la monopolización de los medios de comunicación.
Por haber perdido las legislativas el 28 de junio, el Ejecutivo está inhibido de enviar leyes al Congreso… que alguien me explique porqué. Quiere decir que hasta diciembre, el congreso no debe laburar?
El otro argumento es que “no es el momento ideal”. Hace 26 años que no es el momento…
Voy a reproducir partes del artículo publicado en “Taller La Otra”, muy interesantes:
DOS O TRES COSAS QUE YO SÉ DE ELLOS (por oac)
Estos son años oscuros para la autodenominada "prensa". Algún día el rol de las empresas mediáticas en este período será estudiado con una mezcla de curiosidad y repugnancia.
Dos fallidos al hilo en la noche del jueves ponen en evidencia la patética relación entre medios y política de la que hablaba hace poco el diputado Carlos Raimundi. Código político, el programa del dúo Van der Koy-Blank en TN. Primero es Adrián Pérez, el joven sobresaliente de la Coalición Cívica el que aparece oponiéndose a la nueva ley de medios en estos términos:
“Lo que sucede es que con esta ley el gobierno quiere crear otro monopolio de medios...”
Lo dice en los estudios del actual monopolio realmente existente, monopolio al que el fallido alude y que cada noche tiene a Adrián y a su jefa (Mirinda) como invitados preferenciales.
Más tarde es a Julio Blank, autor de la antológica frase La crisis causó dos nuevas muertes, al que se le escapa un flatus vocis. Anuncia:
"En este instante está empezando el nuevo paro del Campo, tenemos un móvil de TN en Charata."
Y mirando hacia afuera de cámara, pregunta: "Me dicen que lo tenemos a Eduardo Buzzi, Eduardo, ¿está ahí?". Y el director poncha al camión de exteriores de TN, la noche chaqueña iluminada por los reflectores del Grupo, mientras un atildado señor canoso tiene el micrófono de TN, el amigazzo Buzzi: "¡Acá estoy, Julio!". Y colapsa Blank: "¡Gracias por estar ahí, Eduardo!".
¡Oia! Sin querer, entrevistado y entrevistador deschavan el fato que los une, como esas parejas clandestinas que se hacen evidentes a los ojos de todos por un pequeño gesto que se les escapa: el jerarca del holding le agradece al luchador rural que esté ahí, justo donde TN dispuso dar por inauguradas las trasmisiones del nuevo round "Gobierno vs. Campo".
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Apunte propio… ¿se acuerdan de De Angeli agradeciendo a Tenembaum y Zloto “todo lo que hicieron por nosotros?...
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Pero la descarada manipulación a la que las empresas mediáticas han sometido a sus usuarios en estos últimos meses, la falta de decoro de los empleados de los holdings cuya credibilidad se ha ido mellando a la vista de todos, la autoparodia en la que están cayendo en la desmesurada confianza de impunidad para mentir perpetuamente que muestran, la exasperada tonalidad distorsiva con la que desprecian la inteligencia de su espectador tienen un precio político y también uno de mercado. La clase media a la que Clarín pretende tener una llegada directa e inapelable puede que no se fume a los K, pero empieza a ver los modos un tanto hiperbólicos con que Todos Nosotros la engaña sin piedad.
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Los hinchas de fútbol más o menos avispados saben qué pito tocan el Clarín Deportivo, Olé!, TyC sports, Fútbol de Primera, saben las operetas que a lo largo de estos años han hecho Fernando Niembro y otros empleados de menor rango a favor o en contra de cada DT de la Selección, y cómo van entongados en la compra y venta de jugadores. El tele-espectador futbolero ha aprendido a advertir cuando Niembro menciona cinco veces en un partido la presencia en las plateas del colorado. Y la ruptura del contrato de la AFA con TSC no puede ser vendida a ningún hincha incauto como un atentado a la libertad de prensa, sino que aparece desnuda como lo que es: el fin de un negocio colosal, lo que dará lugar a otros negocios.
El propio canal de De Narváez, que necesita sepultar políticamente a los K, recibe una oferta a la que no podrá resistirse y termina aceptando parte del paquete futbolero del fin de semana.
El golpe asestado al Grupo Clarín en su joy division es leído popularmente como un asunto de dinero y poder. El Grupo queda en offside y manda a su empleado del mes, Marcelo Bombau (a) el abombau, a decir que lo más democrático es que quien quiera ver fútbol pague por ello.
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En segundo lugar: impresiona la brutal pedagogía a la que los holdings (especialmente Clarín, quien se empeña en dejar intacto el viejo apotegma de que nadie-puede-gobernar-la-Argentina-sin-él) someten al llamado "arco opositor".
Como muestra, el par de fallidos del jueves a la noche, la territorialidad de Buzzi o de la Coalición Cívica (y también la de Reutemann, Cobos o quien fuera) se asienta sobre el alcance del cableado del Grupo: ellos están ahí donde el Grupo les dice que estén y por el tiempo que el Grupo quiere que estén. Si una semana antes de las elecciones el Grupo elige al colorado y a Pino e invisibiliza a los candidatos de la CC, entonces la CC baja al tercer puesto.
Si el Grupo los necesita, ellos acuden prontos al llamado y dicen lo que, como explica Raimundi, el Grupo espera que digan. El problema es que el llamado "arco opositor" aspira a gobernar: digamos: Reutemann, Solá, Cobos, Macri, el Colo, ¿Carrió? ...quien fuera. Pero ahí están recibiendo un curso intensivo de poder. Repitan todos: na-die-go-bier-na-sin-Cla-rín.
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Para distender, los invito a ver las glamorosas tapas que el blog Mate y Sopaipillas vaticina para Clarín.
Le dejo el link, para que leamos el proyecto de ley de Servicio de Medios Audiovisuales
http://www.comfer.gov.ar/web/blog/wp-content/uploads/2009/03/ley-final-sin-marcas.pdf