FEBRES Y EL SEMEN

La autopsia que realizaron al cadáver de Febres arrojó que la cantidad de veneno en el cuerpo era varias veces la dosis necesaria para matar a un humano.

Y ahora aparece también la novedad de que tenía semen en el ano...

Se sabía que el tipo entraba y salía del dúplex que tenía en la base de la Prefectura en el Tigre, que tenía celular, DVD, las visitas eran ilimitadas y extensas, evidentemente, sin control sobre lo que le traían o le daban (¡Cuac!).

Tenía CHOFER PERSONAL ... Carlos Bozzano, un prefecto, usaba el Ford Escort gris del represor para ir a buscar, llevar y traer a sus familiares, que lo visitaban sin restricciones. También lo transportaba cuando el represor iba y venía de los juzgados o a sus visitas médicas. Bozzano en su declaración aseguró que la esposa de Febres se quedaba a dormir los sábados en la sede Delta. Una joda.

El cadáver se encontró once horas después de muerto y sólo porque llamó la atención que Febres “no había bajado a desayunar.”

Respecto del semen, dice el diario... “Habrá que ver si, como se supone, el semen que se encontró en el recto del ex represor era propio o de otro hombre.”

Yo, en mi cabeza de asno, me pregunto... cómo hace un ser humano para meterse su propia poronga en el ano? ¿se puede?

La familia...

Que alteraron el escenario de la muerte, no caben dudas...
Los forenses calculan que la muerte se produjo entre las diez y las doce de la noche del domingo y a la jueza recién la notificaron cerca de las diez de la mañana del lunes. De inmediato, Arroyo corrió al destacamento Delta de la Prefectura, y en el lugar ya estaban los familiares: la esposa y sus dos hijos.

La familia estaba al tanto de que faltaba la computadora que usaba Febres, pero se callaron la boca... la jueza tuvo que allanar la casa de un experto en informática que trabaja para la Prefectura, en San Martín, y la encontró...

Dice el diario: “También llamó la atención de la jueza la insistencia con que los familiares querían mostrar que había muerto por causas naturales. “Era diabético y no se cuidaba”, habrían dicho en el lugar de los hechos cuando la jueza fue a levantar el cadáver. Además, insistían en cremarlo enseguida.” ... “¿Ustedes qué hacen acá?”, preguntó Sonia Febres, la hija del represor, ante la comitiva judicial.”

Esa chica, o estaba muy alterada por la muerte de su papá o no entendía que si su papá hubiera muerto por suicidio o por asesinato tenía que intervenir la justicia. Además... yo me pregunto... ¿no le revisaban las vaginas antes de entrar a ver al tipo, como hacen con las madres, hermanas, novias, esposas e hijas de los presos comunes, que revisan a 100 mujeres, sin cambiarse los guantes, metiéndoles la mano para ver si hacen pasar drogas?

También dice el diario: “en esos minutos iniciales del caso, los familiares evidenciaron su preocupación por los aspectos económicos que podían perjudicarlos. Sin embargo, el móvil vinculado al dinero no excluiría la motivación política.”

El abogado de la familia, Martín Orozco, solicitó nuevas pericias “para demostrar si Febres fue envenenado después de la muerte” (sic).

Ay ay ay... (o sea, el tipo se murió solo y alguien le eyaculó cianuro en el orto después de muerto?)

El encumbrimiento de Prefectura

El Ford Escort de Febres estaba en la delegación Delta de la Prefectura Naval de Tigre la noche en que lo mataron, pero a las autoridades de Prefectura se les olvidó mencionarlo cuando llegó la comitiva judicial.
La investigación de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado comprobó que los prefectos lo sacaron y lo escondieron en un garage en San Isidro. Lo mismo que pasó con la computadora.

Quedó procesado con prisión preventiva el prefecto Angel Mario Volpi, el hombre con quien Febres compartió la última cena y una especie de mano derecha del torturador de la ESMA. (mmmmmhhh...)

Al final el tipo se murió entre las diez y las doce de la noche
Justo el 10 de diciembre...
justo pocos días antes de escuchar su condena...

La denuncia previa que no fue escuchada

Cinco meses antes de que Febres muriera envenenado (¿pero contento?), un prefecto (seguramente hastiado de ser cómplice de lo que estaba viendo) denunció el 26 de junio, que Febres “manipula a su antojo al personal de mayor jerarquía”, “recibe visitas de familiares a cualquier horario”, “organiza banquetes junto con personas implicadas en la dictadura” y “celebra días festivos de sus descendientes”.... “son diarias las comidas que lidera y comparte con los máximos oficiales” .. “implanta órdenes a los superiores del área Delta, llegando incluso a refutar ciertas decisiones que éstos hubiese tomado y se dirige a sus guardias con un aire burlón, autoritario y hostil”. Por seguridad pide que se trate el caso con reserva. “No quiero ser un nuevo López”, aclara. (Mirá vos...)

La información llegó a manos del secretario de derechos humanos, Eduardo Luis Duhalde, que tardó 3 largos meses en presentarla a la Justicia. (Casualmente la presentó justo el día que los diarios consignaron que se había producido la primera audiencia del juicio, qué oportunidad periodística, no?)
Cuando el juez federal Sergio Torres pidió un informe a Prefectura, le respondió el propio denunciado. El jefe de Zona Delta, prefecto mayor Rubén Amado Iglesias, le explicó, como era previsible, que nada anormal había en las condiciones de detención de Febres. Y Torres se dio por satisfecho.

Allí palmó la denuncia, 19 días antes que Febres.

Repercusiones en las cárceles VIP

La mayoría de los represores de la ESMA fueron detenidos en 2003. Estuvieron cómodos y bien atendidos en bases navales hasta que, por sugerencia del ministerio de Defensa fueron trasladados al Instituto Penal de las Fuerzas Armadas, en Campo de Mayo, donde compartían las duchas con represores del Ejército.

Y como los de la armada tienen el culo de oro, sus abogados presentaron un

hábeas corpus, (recurso previsto para cuando corren riesgo la vida, libertad o integridad de una persona), para que les devolvieran sus celulares y el acceso a Internet, pero se tuvieron que aguantar compartir con los del Ejército, esos negritos...

El 10 de diciembre apareció el cadáver de Febres y dos días después de que juez federal Sergio Torres lo ordenó, el Servicio Penitenciario Federal trasladó a los ex represores de la ESMA al penal de Marcos Paz.

Así que el tigre Acosta, Astiz,

Pernías y Rolón,

entre otros, compartirán la cárcel con Etchecolatz, el turco Julián y Christian von Wernich, condenados a perpetua

No nos olvidemos que cuando desaparecieron a Jorge Julio López, el famoso penal de Marcos Paz tuvo su lugar en la investigación, cuando se investigaron las líneas telefónicas por las que Etchecolatz hizo llamados y que los libros de visita mostraban que diferentes personas usaban el mismo DNI para entrar a visitar a los represores, que son como 40.

El propio juez Corazza dijo que en el penal los tipos

“Guardan jerarquías, se comunican entre ellos y tienen gente afuera, se consideran ‘prisioneros de guerra”

Y la Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense, en marzo de este año informó que el director de Seguridad de Marcos Paz ordenó a su personal tener “trato privilegiado” con los ex miembros de fuerzas armadas y de seguridad, a quienes definió como “presos políticos”. Y describió que “tendrían acceso a un teléfono interno del complejo, con comunicación al exterior”.

O sea... los metas donde los metas, los tipos tienen prisión VIP. Y no revisan a sus hermanas, esposas e hijas humillantemente como en los penales de presos comunes.

Ni bien entraron en Marcos Paz, el abogado Solari (defensor de Raúl Scheller, Juan Carlos
Rolón, Néstor Omar Savio, Carlos José Pazo y Alberto Eduardo González) reclamó que se
“reponga en forma urgente (a sus asistidos) a un alojamiento en guarnición militar”.

Su colega Aberg Cobo (h) (defensor de Pernías, Alfredo Astiz y Rogelio Martínez Pizarro) pidió que se consulte a la Armada si tenía “alojamiento disponible y suficiente” en Río Santiago
aunque, concedió, “bajo vigilancia y supervisión del SPF”.

Aberg Cobo (h) le recordó al juez que los represores están “procesados y no condenados”.
También solicitó un certificado en donde conste su calidad de defensor para poder reunirse “de
manera personal y privada, sin vidrios, puertas, paredes o mamparas que nos separen”, pues lo contrario “contraviene expresamente la Carta Magna”.

Después de una semana en el penal de Marcos Paz, se empezaron a enfermar... Antonio Pernías y Carlos Capdevila lograron ser llevados al Hospital Naval, donde está internado el capitán de corbeta Pablo Eduardo García Velasco, que hace tres semanas inició una huelga de hambre para protestar por las investigaciones judiciales a represores.
Velasco está procesado por el secuestro del desaparecido periodista y escritor Rodolfo Walsh y por la apropiación de bienes de desaparecidos (robo, que le llaman)

Y bueh... la novela continúa...