06 noviembre 2009
QUÉ TAN LIBRES SON LOS HIJOS APROPIADOS QUE NO QUIEREN SABER SU ORIGEN
El pibe que se opone a hacerse el estudio de ADN de manera voluntaria, no lo hace por libertad.
La negación consiste en la invalidación de una parte de información desagradable o no deseada y en vivir la vida como si aquella no existiera.
Quedan aún alrededor de 400 pibes que desconocen su origen, que permanecen víctimas desde el momento mismo de la apropiación, que fueron separados de sus padres de manera violenta y entregados (como si fuera un cachorro- dijo Victoria Donda) a la familia que los crió.
Efectivamente, muchas familias de crianza, fueron afectuosos con esos niños. De hecho muchos los adoptaron de buena fe… y esos fueron los niños cuyas identidades se recuperaron primero, porque esos padres eran “adoptantes”, no “apropiadores” y no se dedicaron a esconder los niños ni a obstaculizar, y ahí reside la evidencia contundente de su falta de culpa.
Otros casos, son espantosos.
Una familia “apropiadora” tiene culpa, mala conciencia, le oculta al pibe su origen, lo esconde, se muda a cada rato, cuando ya es inminente que los descubrieron, le hacen la cabeza al pibe con los peligros de ser detectados por “esas viejas”, los llenan de culpa de lo que podrá pasarle a la familia si ellos se hacen el ADN.
Ese es el esquema de “libertad” en el que actúan los que se niegan a hacerse el examen de ADN.
Puede que los quieran, pero es un amor viciado y maldito.
Los casos que fuimos conociendo tienen aristas feas, jodidas, perversas.
Van desde una nena abusada sexualmente por su apropiador, pasando por situaciones de violencia hasta los que, no pudiendo reconocerse en NADA con sus supuestos padres, buscan por sí mismos su identidad.
Perder de vista que el apropiador pudo haber intervenido de manera personal y directa en las torturas y asesinatos de los padres desaparecidos, convierte al niño en un objeto, en un botín de guerra, en una propiedad, en un constante recuerdo de lo hecho. Nada bueno puede salir de esa clase de relación, no me jodan.
El origen monstruoso de ese vínculo, que empezó por negarle a dignidad y la vida a una madre, que fue mantenida con vida al solo efecto de esperar el momento de la parición, el desgarro de la separación y la mentira y la negación contenida en ese acto, descalifica la hipótesis de algún rasgo de amor del bueno.
Dijo Mariano Grondona que los represores... "están siendo reprimidos por haber emitido un signo de humanidad en favor de huérfanos desprotegidos."
Los huérfanos eran huérfanos y estaban desprotegidos por obra de esos represores… y a mi, la verdad, me cuesta encontrar el signo de humanidad en esa distribución de roles.
Pareciera que esos niños nacieron huérfanos de un repollo, o de un huevo, o cayeron del cielo, sin padres.
Los primeros años de la democracia, las Abuelas buscaban niños, y ahí todos los recaudos, prevenciones, delicadezas y cuidados eran pocos.
Ahora esos niños tienen más de 30 años y deberían tener, como mínimo, la conciencia de que ahora nadie pretende dañarlos.
El daño ya fue hecho, ahora se trata de repararlo.
Y por sobre todo deberían tener la capacidad de preguntarse ¿quién les hizo daño?
Estoy impresionada de la cantidad de errores, inexactitudes, mentiras, y ridiculeces que pueden decirse en un medio de comunicación. Hemos ido arribando a un lugar donde cualquiera dice cualquier cosa, sin medir consecuencias.
Todavía no logro digerir que TN no pasó ni una vez la noticia de la recuperación del nieto nº 98, estuvieron muy ocupados reiterando la escena de Manu Ginóbili atajando un murciélago en medio del partido.
¿Cómo se califica este “olvido” de la noticia del nieto recuperado? ¿Administración del silencio? ¿Cinismo? ¿Culo sucio?
Me parece gravísimo. Y creo que superaron el límite.
Olvidando la noticia y su importancia, sostienen a Ernestina Herrera de Noble y a esa parte de la sociedad que no está dispuesta a hacerse cargo de la realidad, y que prefieren aceptar cualquier monstruosidad, haciéndose los boludos, promoviendo una suerte de negación psicótica colectiva, que busca tapar el sol con un dedo y promueve la adhesión de los eternos desprevenidos.
De todas formas, claramente hay adhesiones que se obtienen repartiendo la ganancia de algún beneficio…
Cuando Carrió dice son “nuestros” hijos, sabe lo que está diciendo.
Ese “nosotros” de Carrió no abarca a las Abuelas, ni a la inmensa cantidad de gente solidaria con el tema. El “nosotros” de Carrió abarca a la vieja de Noble y a los apropiadores. Y eso la ubica claramente, por si a alguien le quedaba alguna duda.
El “nuestros” de Carrió abarca especialmente a la vieja de Noble, por los favores de TN.
Hay gente muy responsable y culpable en este pastel.
La tele privada que supimos conseguir se encarga de inventar criaturas, (como Zulma Lobato… que uno no entiende si debe tenerle lástima o qué), y de llenar horas y horas de la nada misma… con mujeres convertidas en simples culos, con peleas fraguadas entre mediáticos, o con los vericuetos amorosos de Nazarena Velez, o haciendo Evatests en vivo a desconocidas aspirantes a vedettes que acusan embarazos del hijo de Guido Suller (a quien también le hicieron un ADN mediático que parece que demostró que no es hijo de Guido Suller… aunque lo mismo siguen con la novela de los Suller).
Los nuevos bananas mediáticos califican sonrientes de “bizarra” a la televisión que se nutre de estas estupideces sin códigos de ningún tipo. Y derrochan miles de horas televisando situaciones que generan vergüenza ajena y entorpecen la mente de millones.
Algunos políticos de la oposición, como “Nazarenas Velez” de la política, son “productos” televisivos y existen para la opinión pública porque tienen presencia en los medios. No por méritos o por lo que hicieron o lo que proponen, sino por las virulentas declaraciones, que los hacen aparecer en los titulares.
Y esos mismos “productos” no pueden después levantar un dedo, ni siquiera una ceja, frente al medio que los está inventando, porque, así como les levantan el pulgar y los catapultan a los 1º lugares de la opinión pública, dándoles existencia, también les bajan el pulgar y los olvidan. Así que hacen declaraciones como “Vamos a defender a los grupos económicos si es necesario defender la libertad de expresión”.
Los autodenominados “periodistas independientes” son empleados pagados por la empresa, y se les paga para decir lo que la empresa ordena y para callar lo que éste poder quiere mantener en secreto, aunque ya no sea un secreto para nadie. Y todavía se asombran de que alguien pueda dudar de su honestidad e insisten en instalarse como periodismo independiente, insultando nuestra inteligencia.
Clarín, y sus apéndices no funcionan en la actualidad como observadores de la realidad. Actúan como modificadores de la realidad, embarran la cancha, generan entretenimientos vacíos para nublar muchas mentes, y funcionan sin desparpajo como un partido político de la oposición.
Quieren controlar los procesos políticos, imponer los candidatos, instalar y desinstalar los temas que hablaremos los argentinos y actúan como instrumento de manipulación de la realidad, usando los miserables propósitos de una oposición que no tiene nada mejor que proponer.
Y todo eso bastardeando la lucha de las Abuelas.
Indignante.
Me imagino que algunos por fin irán dándose cuenta de esto.
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3 comentarios:
Comparto el asco que se te nota en el estilo.
Yo iba al jardín durante la dictadura, a la primaria durante los juicios y a la secundaria con los indultos. Con una empatía ante el dolor que supongo natural en alguien de esa edad, creía que lo peor de esas épocas había sido la tortura. En la universidad empecé a pensar que lo peor fué en realidad el golpe político a la izquierda, del que nunca se recuperó, y que posibilitó el desguace menemista. De mas grande mantuve ambas visiones, horror ante la muerte y la tortura y bronca por la destruccion de una izquierda que tenía algo que decir... Hasta que hace un año nació mi hijito.
Entonces aprendí que no debe haber nada más terrible pare hacerle a un nene que arrancarle a su familia, más aún cuando no tuvo tiempo de conocerla. Y no me jodan, no es cierto que seamos una tabla rasa, producto de nuestra crianza, y que cualquier adulto que se nos acerque pueda cumplir el rol de padre. No es cierto: mucho de lo que mi nene es lo lleva en los genes, heredado de sus padres y de sus abuelos. El parecido va mucho más alla de los rasgos físicos, y llega a cosas que jamás podríamos enseñarle. ¿Como hace para parecerse a su bisabuelo, si jamás lo conoció? Esa parte de lo que él es jamás podría compartirla con padres adoptivos, y mucho menos con apropiadores, sería siempre un sapo de otro pozo. Hay que ser hijo de puta para hacerle algo así a un bebé.
Igual, mas alla de la tragedia en lo inmediato yo tiendo a ver el vaso medio lleno: las barbaridades de Grondona y Carrió, la desvergüenza de Clarín, el ocultamiento de la noticia, a todas esas cosas no puedo sino verlas como manotazos de ahogado, como intentos de rescatar una causa que ya saben que han perdido. Y, para ponerlo en perspectiva, que durante el menemismo creyeron haber ganado.
Así es querido amigo Severian, estos temas no me dan para el sarcasmo habitual. Es demasiado delicado y doloroso.
Yo tuve el mismo trayecto que vos, primero pensé que lo peor que habían hecho era la tortura. No me entraba en la cabeza, que alguien pudiera provocar sufrimiento físico a otra persona, a propósito.
El tema de los hijos es infinito, casi. Cada nieto que recuperan las abuelas es una historia increíble, lo que vos decís de lo que se lleva en los genes.
Este último pibe, toca acordeón a piano, como su mamá desaparecida, con la que habrá podido estar, con suerte, unos minutos. Y estudió Filosofía y letras, igual que ella. Y largaron una carcajada cuando se vieron con los hermanos, por el parecido físico. Y uno de sus hermanos escribió "Siguiendo ese olor que, inexplicablemente, lo arrojaba al llanto, a la duda, a redoblar la voluntad, a persistir bajo los aguaceros de la angustia, el 2 de noviembre de 2009, Martín Amarilla Molfino, tras abrir una puerta, se reencontró con su manada"
Mirá todos los años que les quitaron.
Pero no paro de darme cuenta de que es tan... TAN inmenso el daño que hicieron, que no cesa. Es como un daño que chorrea hacia el futuro y no deja de dañar.
Porque podríamos pensar en términos de la masacre, de la desarticulación del movimiento obrero, de la injusticia social, del plan económico que instalaron, del exterminio de la industria nacional... de la destrucción de las redes sociales, de la dirigencia política que tenemos (que es solamente la resaca de esa generación exterminada... por eso nos va así...)
Pero nos quedamos cortos, nos quedamos en los efectos sociales, generales, que son tremendos y aún los seguimos sufriendo... pero no son los únicos daños que se prolongan.
Por los lugares donde me muevo, y por el asunto en el que laburo, me doy todos los días con alguna nueva variante de la infinita gama de daños que provocaron éstos hijos de puta. Y por eso puedo afirmar que el daño no cesa.
La gente que estuvo presa y sobrevivió, pero no salieron del todo. Quedaron heridos, muchos con secuelas físicas graves, que determinan el resto de su vida. Otros con secuelas y sufrimientos psíquicos, que también determinan sus vidas.
Hijos que se criaron rebotando... sin padres, sin la seguridad que te otorga que tus padres te cuiden y te proyecten. Sin los padres que te bancan hasta que terminás de estudiar y después te ayudan a arrancar. Y eso porque tuvieron la suerte de sobrevivir a sus padres y que no los regalaran como cachorros, y pudieron criarse con sus abuelos o tíos, que por mejores que sean, no logran sustituir jamás en la psiquis del niño, a los padres.
Y eso lo afirmo, porque lo sé en el cuero. El huérfano nunca pierde la sensación de orfandad y desprotección, ni aún siendo un viejo arrugado como una pasa de uva.
Familias que han quedado desarmadas, peleadas, separadas. Heridas que no cierran porque en aquellos momentos, nadie quería ni pasar cerca de los que lloraban a sus desaparecidos puertas adentro. Tal era el miedo.
Padres y madres inundados de una angustia sin fin, que los enfermó y los mató tempranamente.
Porque fueron muchos, demasiados años de ansiedad y expectativa, pensando que tal vez, aparecerían. Porque ya es imposible soportar la muerte de un hijo. Pero si encima tenés que saber que llegó a la muerte después de que lo hicieron sufrir refinadamente... y lo mismo no tenés los restos, los huesitos de tu hijo...
Es tan sádico, que nuestras pobres mentes no logran aprehenderlo.
Creo que cada familia de un desaparecido tiene una larga lista de cosas que aportar a la enumeración de los daños... digamos "colaterales".
Vos decís que tu optimismo te ayuda a ver como manotazos de ahogado toda la mierda circulante. Yo, por ahora, sólo puedo indignarme.
Un abrazo y me encanta que vengas por acá y compartamos.
No es lo mismo, pero quizás "familia" pueda entenderse en un sentido más amplio. Sé que es estirar el concepto, pero no veo otro remedio: la gente que ve al mundo en sus mejores posibilidades, los que de alguna manera creemos en el ser humano (y por eso nos duele y nos indignamos), somos de alguna manera una "familia". O al menos: esa parte de la humanidad que se moverá por vos, que no se quedará indiferente.
No es lo mismo, es verdad. Pero es algo.
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