LA OBSESIÓN DE “LA NACIÓN”

Hace bastante tiempo que no leía La Nación, por razones de salubridad mental, pero no pude resistir la tentación cuando me di cuenta que (ayer) el diario dedica sus tres columnas de opinión (todas) a lo mismo: Moyano y la relación con Cristina.

Más allá de que es difícil ubicar a Moyano en algún altar de veneración, los motivos por los que La Nación, o la derecha en general discuten a Moyano son muy distintos a los motivos por los que “de este lado” discutimos el modelo sindical.

Nada les rompe más las pelotas que un negro con poder, cuando ese negro responde a los trabajadores… si responde al stablishment, está todo bien.
O sea, ellos discuten a Moyano, pero no a Barrionuevo, Pedraza o Venegas.

El pelado Carlos Pagni titula: “No todo el oficialismo está contra Moyano”

“Los cráneos electorales de la Casa Rosada descubrieron la piedra filosofal. Cristina Kirchner contra Hugo Moyano. Popularidad contra desprestigio. "La bella y la bestia". En el reino de la imagen, la polarización perfecta.”

Y dando por hecho el rompimiento de Cristina y Moyano, y que Moyano es número puesto a la cárcel si es investigado, analiza la interna que supone, nombrando los personajes que la integrarían. Al menos conoce el paño.

Plantea que De Vido defiende a Moyano porque es más peligroso afuera que adentro, que Zanini lo quiere cepillar y que es de inocentes pensar que Moyano quiere bancas en el congreso. Lo que quiere es que le aseguren impunidad y al que teme es al juez Bonadío.

Por otra parte, Adrián Ventura titula: “La Presidenta, el camionero y el juez”

Y sarasasea con lo mismo… el miedo de Moyano de la supuesta embestida judicial en su contra y se dedica a proponer nombres de jueces que serían los atacantes.
Acto seguido da por sentado que Moyano busca ser diputado para adquirir los fueros y se acuerda de Patti, a quien no le sirvieron.

Pero el que no tiene desperdicio es…

el inefable Hombre Rata, Luis Majul!!!

Titula su bodrio: “Kirchner versus Kirchner”, y hace un análisis TAN traído de los pelos que da lástima.

Se pregunta: “¿Cristina Fernández se quiere llevar puesto el pasado que construyó el propio Néstor Kirchner?” … “¿Puede la jefa del Estado, casi de un día para el otro, atacar como si fuera su peor enemigo a alguien que hasta hace un rato era su socio principal?”

Razona que los kirchneristas “no tienen ningún problema en cambiar de "aliados tácticos" de acuerdo con las circunstancias”. Como pruebas de eso ofrece el distanciamiento con Duhalde y eso que llama “la guerra con Clarín”… antes aliados hoy enemigos… pero empieza a querer decir que Cristina se está cagando también en Néstor… y que al fin de cuentas es más demonia que Moyano, porque es capaz de cepillar, traicionar a sus propios aliados.

Analiza que Cristina lo hace porque saca rédito electoral distanciándose de Moyano y dice textual:

“el enfrentamiento con Moyano le podría aportar los votos que necesita para ganar en primera vuelta y consolidar un proyecto propio, distinto al que integraba cuando su marido vivía”

Y recurre al infaltable “dijo uno que dicen otros”…

"A este ritmo, se lo carga antes de octubre", me dijo alguien cercano a la Presidenta que ayudó a diseñar el nuevo plan de trazabilidad de los medicamentos.

¿Hasta dónde llegará la larga mano de Cristina Fernández? La nueva demonización de su todavía socio ¿es sólo un intento de acumular más poder o se trata de una postura ideológica? ¿QUIERE LA JEFA DEL ESTADO CARGARSE SÓLO A MOYANO O VA CONTRA TODO EL PERONISMO? Y si no es sólo pura ambición, sino también ideología, ¿cuánto tardarán en caer los peronistas Julio De Vido y Aníbal Fernández, por citar dos ejemplos, a quienes Néstor Kirchner les encomendó acciones que hoy Cristina reprobaría?
La gran pregunta es a cuántos está dispuesta a sacrificar en semejante empresa.

La gran pregunta es ¿cuánto te pagan para escribir esas gansadas?
Yo se que es una tarea cuasi masoca leer La Nación, pero a pesar de la nausea, uno se aguanta leer algo que está masomenos bien escrito y con algún análisis, aún cuando te moleste ideológicamente.

Pero admito que dedicarme a analizar las pelotudeces que escribe Majul, este tarado a sueldo, es mucho.

A quién le ganaste, Indiana Jones?

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