Murió el cretino.
Un perro rabioso. Un cobarde en el más profundo sentido de la palabra.
Cruel, perverso. La mirada brutal lo delata. Un desalmado.
Y no fue más que un sirviente.
El amigo de Joaquín Morales Solá, otro sirviente.
Como dijo Don Mario, la muerte no borra nada… quedan siempre las cicatrices. Quedan los que de noche tienen pesadillas, y los que extrañan a sus muertos queridos.
Les mando un abrazo a los sobrevivientes, a los familiares y a los Organismos, que a pesar de todo, no abandonaron nunca la idea de justicia. Que soportaron que la Obediencia Debida lo blanquee y que la democracia le dé un espacio.
Les mando un abrazo a mis amigos de la Fiscalía Federal de Tucumán, que hicieron el laburo fino y pesado de juntar las pruebas que sirvieron para condenar a este nefasto… que tuvieron que buscar los testigos y escuchar las atrocidades. Sin eso, no habría condena.
Y un recuerdo para los que nunca olvidamos, los compañeros desaparecidos.
Saludos a Satanás, asesino hijo de una gran puta!
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7 comentarios:
Lamento mucho que estos nefastos personajes, siempre se mueren de viejos
Al contrario, es muy aleccionador que se mueran de viejos, condenados por el pueblo al que traicionaron muentras decían servirlo, solos en su finitud tan patética.
Este psicópata, que en su soberbia infinita desde la cima del mundo ejecutaba a sus víctimas con sus propias manos, terminó teniendo que recurrir a la lástima para intentar librarse de las consecuencias de sus crímenes, interpretando esa escena penosa en los tribunales, oxigeno y desmayos incluídos.
Las cortas vidas de las víctimas alcanzaron para convertirlos en héroes, no por sus convicciones sino por haber puesto el cuerpo en defenderlas contra un enemigo mucho más poderoso. La larga vida del victimario, en cambio, lo muestra como un ser patético, capaz de derrochar prepotencia contra una embarazada atada a una mesa de torturas, pero sin la disposición de defender sus convicciones aceptando sus actos ante un tribunal y pagando las consecuencias.
En fin, hoy el mundo es un poco mejor, hay un hijo de puta menos...
Si puedo discrepar, no, no creo que sea mejor. Bah, me parece que no, no me parece justo.
Dennis Nilsen por ejemplo, es un asesino serial, creo que aún vive, preso hace mucho tiempo por haberse cargado quince ñatos. Obviamente está pagando, como es lógico. Pero Dennis Nilsen era, fuera de su vicio habitual, un tipo bastante simpático. Defendia a los trabajadores, peleaba contra los abusos. Simplemente algo dentro suyo andaba muy mal, una tara dañina sin duda. Pero insignificante si la compararamos con esta alimaña.
Así que asesinos mucho más simpáticos han purgado penas mucho mayores. No, no creo que esté bien para nada. Todo lo que Seove dice acerca del patetismo es verdad, pero no es síntoma de que nada ande mejor.
Este pagó tarde y mal. Su mayor amargura fue comprobar que sus empleadores lo consideran un objeto, papel que cumplió con fervor, así que a no quejarse. Pero me parece una injustici
a. Je...
Amigos:
Siempre que se muere uno de estos, me quedo con unos sentimientos de lo más inquietantes.
Y eso es porque no hay justicia posible, para semejantes delitos aberrantes y masivos. El ojo por ojo, no es factible... habría que matarlos y volverlos a resucitar 30 mil veces, para seguir matándolos... o matarles 30 mil hijos... para qué vamos a hablar de las torturas...
Estos hijos de puta se llevan todo lo que saben (que es todo lo que queremos saber) a la tumba.
Hubieron condenas, en algunos casos. Prisión en cárcel común. Se los degrada, dejan de cobrar los sueldazos. Dejan de ser recibidos de pié y con la venia.
Pero no existe una pena que te conforme. No hay.
Encima... si lo que viene después es la nada... qué bajón.
Ojalá que haya infierno.(No me retes, Jack) Que haya infierno y que lo castiguen dándole todo el dolor que él causó a otros.
Luz: Si no hubo infierno hasta ahora este lo acaba de inaugurar...
Solo quiero repetir aquí el titulazo que uso Pagina12:
"TERROR EN EL INFIERNO"
Impagable...
Me toco estar en Tucuman, y brindamos por el grato acontecimiento, y por la viudez de Joaquin.
Yo no reto a nadie, eu, quién soy yo para eso?
Sí, dan ganas de que el infierno exista, si el marketing religioso no es exitoso por nada... Sin embargo me parece que hay un error de enfoque: hay plena posibilidad de hacer justicia, aún con esta carroña enterrada.
No hay que olvidarse que, como bien decís, se trata de un mero sirviente. Obedeció órdenes, no importa con cuánto placer, no se trató de él sólo. Si lo pensás, dentro de todo el único que al menos pagó algo fue él.
Sus empleadores en cambio no. Obviamente lo dejan como prenda en la que se descargue la furia popular, porque hoy sus empleadores estan en otra. Cuentan billetes igual que antes, poseen la mayor parte de las tierras y el capital, transan con pools de siembra internacionales. Por supuesto, no tienen esa jeta descompuesta y siempre gastaron modales mucho más finos. Para ellos es tan sencillo como sacrificar un perro, ¿Lo quieren... bueno, ma sí?
Justicia se puede hacer, cómo no. Pero no se trata de la bestia, que al fin y al cabo es lo que es, sino de quien la alimentó todos esos años. Esos siguen entre nosotros y hasta se avienen amigablemente con los gobiernos capitalistas nacionales y populares y redistributivos y desarrollosociales y bla. Hasta que la pelea por la torta vuelva a ponerse densa.
Salute.
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