Momento complicado el de Obama… porque no es fácil quedar bien con dios y con el diablo.
Más allá de la crisis económica, Obama enfrenta serios problemas desde que una investigación del senado hace responsables a Rumsfeld y Condoleza Rice por autorizar torturas en Guantánamo.
El documento donde la CIA explica los procedimientos utilizados después del 11 de septiembre de 2001, afirma que el 7 de febrero de 2002, Bush firmó un memo anulando el Artículo 3 de la Convención de Ginebra, que se refiere al tratamiento de prisioneros de guerra, para detenidos de Al Qaida y los talibán.
Chupate esa mandarina. El tipo “anula” un artículo de una Convención Internacional…
El 1º de agosto de 2002 el Departamento de Justicia emitió dos informes legales en los que aprobó el uso del “submarino”.
La CIA pidió usar métodos violentos en interrogatorios por primera vez en mayo de 2002 y recibió luz verde de la entonces asesora de Seguridad Nacional estadounidense Condoleezza Rice, antes de que las técnicas fueran autorizadas legalmente.
Por otro lado, el senador John McCain dijo que una decisión del gobierno de Obama de reabrir la controversia política se convertirá en una “caza de brujas”.
Qué interesante forma de ver la justicia y la democracia, no?
Obama por un lado abre la puerta para que altos funcionarios del gobierno pasado sean juzgados por crímenes de guerra y violaciones a los derechos humanos, eso estuvo muy bien visto antes de las elecciones. Pero ahora, por otro lado pone a los torturadores de la CIA bajo el paraguas protector del Estado, como si se tratara de un simple problema judicial y no de la lucha por los derechos civiles.
Así, mientras Obama promete terminar con la tortura y con la nausea de Guantánamo, trata a los torturadores de la CIA como a los banqueros de Wall Street: con guantes de seda, como se trata a esa gente poderosa. Asesinos inmisericordes, pero con buenos modales.
El ex vicepresidente Dick Cheney
fue el elegido para hablar hasta por los codos, mientras Bush guarda silencio.
Dice a cuanto micrófono le ponen adelante que Obama se equivocó al cerrar la cárcel cubana para supuestos terroristas, y que también se equivocó al cambiar los métodos de interrogatorio. Dijo que después del atentado a las Torres Gemelas, la información obtenida con métodos “alternativos” había salvado la vida de muchos estadounidenses.
Así, los bloggeros que dedicaron su tiempo a leer y analizar el documento emitido por la CIA, descubrieron que el prisionero Abu Zubaydah había sido sometido a la tortura de ahogamiento al menos 83 veces en un mes, y que otro prisionero, Khalid Shaikh Mohammed, supuesto cerebro del 9-11, había sufrido 183 ahogamientos durante un período similar.
3 veces por día…
Según la información que aparece en el documento, en ambos casos la frecuencia de la tortura y la cantidad de agua utilizada excedía por mucho las cantidades máximas permitidas en el manual de “interrogatorios alternativos” aprobados por el gobierno de Bush.
Para colmo, un agente de la CIA ya había declarado que Zubaydah había confesado todo lo que sabía apenas cinco minutos después de iniciada su primera sesión de submarino, y fuentes de la agencia habían calificado a la información obtenida de Mohammed como “para nada confiable”.
En medio de tantos comentarios e indignación subterránea, mediante cientos de blogs, la noticia tuvo por fin salida en la tapa del New York Times.
Entonces tuvo que salir el jefe de la CIA en tiempos de Bush, Michel V. Hayden,
Entonces Obama anunció una visita a la CIA para calmar los ánimos.
Fue durante esa visita, el 20 de abril, cuando Obama fijó su ley de obediencia debida. En el discurso ante el personal de la CIA, Obama dijo que los agentes que habían utilizado el submarino y otras técnicas de tortura con la aprobación del Departamento de Justicia no serían juzgados.
Alberto Gonzalez,
jefe de asesores legales de Bush antes de asumir como fiscal general, fue el arquitecto legal de la aplicación de torturas y presidió el comité de juristas conservadores que elaboró detalladas guías de procedimientos para los interrogatorios de presuntos terroristas.
El asesor presidencial de Bush Karl Rove
La cadena de responsabilidades claramente llega hasta Bush, pero los agentes de la CIA siguen gozando de impunidad.
Docenas de soldados estadounidenses han sido acusados y condenados de crímenes de guerra, pero Obama viene bloqueando cualquier intento de llevar a la justicia a un agente de la CIA por crímenes cometidos en suelo extranjero.
Obama debe batallar con operarios de la CIA, dentro la democracia supuestamente guía del mundo, como la de Estados Unidos, por torturas que aplicaron con autorización legal fuera del país contra ciudadanos extranjeros que siguen vivos.
Uno de los instructores de la CIA, Malcolm Nance,
Según Nance, entre los materiales utilizados para la actualización se destacó el testimonio de las víctimas argentinas de la última dictadura militar. “En el proceso estudié cientos de informes clasificados y docenas de testimonios autobiográficos de cautivos desde la guerra de la independencia (de Estados Unidos) hasta la Guerra Sucia de la Argentina”, escribió el tipo.
El juez español Baltasar Garzón investigará a los torturadores del centro de detención de la base militar estadounidense de Guantánamo sobre la base de las denuncias de ex prisioneros. Sostuvo en un escrito que existió un plan general y coherente de torturas generalizadas que violó las normas jurídicas internacionales sobre la materia.
Los denunciantes son 3 Se trata de un argelino, Ahmed Belbacha; de un azerí, Polad Sirajov, y de un tunecino, Saled Sassi. Los tres ofrecían el perfil de sospechosos a la turbia luz de los manuales de la CIA: jóvenes, descontentos y buenos musulmanes. Los tres viajaron a Afganistán para estudiar el Corán, meses antes de la guerra e incluso del atentado contra las Torres Gemelas. Y los tres fueron secuestrados, torturados en cárceles secretas y trasladados a Guantánamo.
Los reclusos aún permanecen aislados en minúsculas celdas durante 23 horas diarias, con la luz siempre encendida. Y la ducha forma parte de los 60 minutos de recreo, que se consumen en pequeños gallineros de unos 20 metros cuadrados.
Según la organización humanitaria angloamericana Reprieve (Indulto), quedan en Guantánamo 241 prisioneros, de los que unos 40 podrían ser juzgados por tribunales de los Estados Unidos. Unos 150 serían repatriados. Y quedarían otros 50, que no pueden ser devueltos a sus países de origen porque ello supondría exponerlos a persecución, torturas e incluso muerte.
Europa, que también sitió el cimbronazo del 11 de septiembre y padecieron algún atentado (atocha en España), o mataron a Menezes por si acaso (Inglaterra), deberían darle una mano para facilitar el final de la pesadilla de Guantánamo.
Porque está sobradamente probado que fueron cómplices de Bush en los “traslados ilegales” de prisioneros, efectuados por los famosos “vuelos secretos de la CIA” con escalas en aeropuertos europeos, principalmente de España y Portugal.
El sistema paralegal, como lo calificó Human Rights Watch, a las cortes militares de Guantánamo, había sido criticado por casi toda la comunidad internacional e incluso por el propio Obama durante la campaña electoral. Pero ahora dice que el sistema fue reformado y mejorado.
Los tribunales ad hoc serían los mismos que creó su predecesor George W. Bush, pero las reglas del proceso no. Los fiscales no podrán utilizar información extraída a través de interrogatorios violentos o torturas, ni tampoco se aceptará como pruebas legítimas los rumores.
Mientras tanto…
El 6 mayo de 2009, (hace pocos días) EE.UU. mató “por error” a 120 civiles afganos y Hillary Clinton, la emparchó diciendo que su país lamenta "profundamente" e investigará la muerte de civiles
Los 120 civiles muertos por un bombardeo de la fuerza aérea norteamericana, contra “edificios sospechosos de dar cobijo a talibanes”, en la localidad afgana de Bala Buluk es solamente un eslabón de la cadena de atrocidades que siguen cometiendo sin causar demasiado escándalo en el mundo.
En Irak, el 12 de mayo un militar yanky asesinó a cinco de sus compañeros mientras esperaba un turno en una clínica psiquiátrica donde se estaba tratando para sobrellevar el estrés y los problemas emocionales que padecía por sus “servicios” en Irak
Ayer, 16 de mayo, Estados Unidos lanzó otros dos misiles y murieron otras 25 personas en una remota zona tribal del noroeste de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán
Siguen los crímenes de guerra, y sus autores también pueden dormir tranquilos.
Por otro lado, le iniciaron juicio al ex soldado norteamericano Steven Dale Green,
que se enfrenta a la pena de muerte tras ser considerado culpable de haber violado a Abeer Qassim, una niña iraquí de 14 años antes de matarla, y de haber asesinado a tiros a su hermana de seis años y a sus padres, cerca de Bagdad en 2006.
Otros tres militares que participaron en la matanza han sido condenados a penas de cárcel entre 90 y 110 años, por un juzgado popular de Kentucky.
Los jefes inmediatos de aquel pelotón de criminales jamás fueron cuestionados, ni los oficiales superiores que planificaron las operaciones; ni mucho menos, el mando supremo que dirigió la guerra, ni los políticos que la declararon, pese a ser quienes determinaron centenares de miles de muertes y convirtieron en criminales a tantos pibes como ese pobre imbécil de 24 años, Steven Dale Green, y a los tres compañeros de armas con quienes compartía sus estúpidos sueños patrióticos.
Y todos ellos acaban de recibir garantías de impunidad por parte de Obama
Escondiendo la mierda bajo la alfombra
“Las imágenes no son especialmente sensacionales y su publicación tendría consecuencias directas muy negativas sobre la seguridad de las tropas que se encuentran en el extranjero. No vamos a alentar el sentimiento antiestadounidense”, explicó Obama desde el rosedal de la Casa Blanca al impedir que se publiquen las escandalosas fotos de las torturas en Guantánamo.
Las fotografías son una prueba irrefutable de que el abuso a los detenidos sospechados de terrorismo no era una excepción en la cárcel de Abu Ghraib en Irak sino que eran parte de una práctica sistemática.
Esas fotografías dieron vuelta el mundo en 2005
En éste blog están publicadas algunas y hay cientos dando vueltas por el mundo
http://laverguenzademifamilia.blogspot.com/2005/10/bush-go-home-hay-imgenes-muy-fuertes.html
http://laverguenzademifamilia.blogspot.com/2007/03/aceptacin-de-la-tortura.html
http://www.noticias24.com/actualidad/noticia/47243/las-fotos-que-obama-quiere-esconder-al-mundo/
La administración de Barack Obama pretende evitar que salgan a la luz, ya que alega que podría poner en peligro a los soldados que están en las misiones en el exterior.
Hay una línea (y es muy gruesa) que divide la Seguridad Nacional de la complicidad y el encubrimiento de la tortura como regla.
Dejémonos de joder. Si no cambiás todo Obama, no cambia nada.
2 comentarios:
Emulando a Joan Manuel Serrat, digo: Algo personal" <=Click
Probablemente en su pueblo se les recordará
como cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.
Probablemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a quién sirven cuando alzan las banderas.
Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones:/
tienen doble vida, son sicarios del mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,
a colgar en las escuelas su retrato.
Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.
Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz,
juegan con cosas que no tienen repuesto
y la culpa es del otro si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Y como quien en la cosa, nada tiene que perder.
Pulsan la alarma y rompen las promesas
y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer
nos ponen la pistola en la cabeza.
Se agarran de los pelos, pero para no ensuciar
van a cagar a casa de otra gente
y experimentan nuevos métodos de masacrar,
sofisticados y a la vez convincentes.
No conocen ni a su padre cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
de declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión
que les permita hallar un marco previo
que garantice unas premisas mínimas
que faciliten crear los resortes
que impulsen un punto de partida sólido y capaz
de este a oeste y de sur a norte,
donde establecer las bases de un tratado de amistad
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma donde edificar
un hermoso futuro de amor y paz.
Estamos hartos de doble moral.
Hastiados de que haya dos varas de medir.
Sólo hay una realidad.
A quién puede sorprender esto?.
Ellos son parte del sistema que los señala para perpetuarse.
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